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lunes, 5 de mayo de 2008

MINA KARA

Mina cara

De terror: Sepa cuanto nos cuesta tenerla para nada. ¿Y si la devolvemos?

Las 4 caras de los Kirchner: Opulencia y vanidad, Demagogia y clientelismo


Si Ud. votó por Cristina de Kirchner en octubre pasado, por favor, intente un ejercicio. Sea sincero y sin que trascienda: ¿Ésta es la Presidenta que Ud. quería? Mientras tanto: Alicia Margarita Kirchner es una gran estafa como ministra de Desarrollo Social. La brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor, según surge de una investigación de Jorge Lanata.


Mirar la Torre Eiffel desde un auto importado con chofer, sentarse en un restó exclusivo de la histórica Plaza del Oriente en Madrid y almorzar solomillo de buey con champagne francés. Pagar platos de 200 euros. Dormir en suites diseñadas para estrellas en hoteles de lujo. Cristina Kirchner lo hizo todo cuando era candidata. Quería que el mundo supiera que ella iba a convertirse en la primera presidenta mujer elegida por el voto en la Argentina.
El costo de sus paseos y giras de instalación internacional se acercó al escándalo, pero el Gobierno se negó una y otra vez a explicar los números de sus tours, a pesar de que fueron pagados sin excepción con fondos oficiales. Sin embargo, una causa judicial que se tramita en el Juzgado Federal de Norberto Oyarbide obligó a la Secretaría General de la Presidencia a reconocer los gastos. Según la documentación oficial a la que tuvo acceso Crítica de la Argentina, Cristina gastó $7.853.090,64 en cinco viajes al exterior que en total duraron 24 días.

Durante 2007 hubo cinco giras con gastos que dispararon la polémica. Francia en febrero; Ecuador y Venezuela en marzo; México y Estados Unidos entre abril y mayo; España en julio y Alemania y Austria en septiembre, por una invitación de la empresa Volkswagen, que también está siendo cuestionada en la Justicia por parecerse demasiado a una dádiva.

Toda esta información salió desde la Casa Rosada con destino a Comodoro Py como respuesta a una denuncia realizada el año pasado, a un mes de las elecciones, por Ricardo Gil Lavedra, Andrés D’Alessio y Julio Strassera. Los tres abogados pidieron que se investigara si las giras de la candidata Cristina eran ilegales. En su querella hablaron de los delitos “de malversación de caudales públicos, peculado, y/o dádivas”. La causa está en el Juzgado Nº 7, que ahora subroga –controla– Norberto Oyarbide, aunque en aquel momento estaba a cargo de Guillermo Montenegro, el juez que hoy ocupa el cargo de ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. La fiscalía es la Nº 3, de Eduardo Taiano.

Primero fue París. Para cubrirse de las críticas, Néstor Kirchner firmó el decreto 46/2007, que anunció como viaje oficial la visita de la “primera dama” a Francia entre el 3 al 10 de febrero de ese año para participar de la ceremonia de firma de la Convención Internacional para la Protección de Personas contra las Desapariciones Forzadas.

En ese viaje y en todos los que siguieron, Cristina tuvo la compañía de una comitiva que hoy –ya como presidenta– sigue a su lado. Con pasajes en clase business de Air France volaron a la ciudad luz Héctor Daniel Mazza –secretario personal–, Laura La Torre –encargada de prensa– y el vocero presidencial, Miguel Núñez. En la documentación presentada por la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Oscar Parrilli, el funcionario que figura como responsable por todos los gastos es Mazza, un grandote que hoy sigue a sol y a sombra a Cristina y que tenía bajo su responsabilidad la asistencia en Ceremonial y Protocolo a la primera dama. A su nombre figuran, en el viaje a París, pedidos de “anticipo para gastos de asistencia” a Cristina por € 130.000. Hay que recordar que el viaje duró siete días. En ese período, Mazza, Núñez y La Torre presentaron viáticos por US$ 22.000 en total.

La candidata y sus funcionarios se alojaron en el hotel Le Meurice, instalado sobre la romántica Rue de Rivoli. Desde ahí podían caminar hasta el Louvre o la Place de la Concorde, que quedan a pocos metros, al igual que las boutiques más sofisticadas como Hermes, Chanel, John Galliano y las inaccesibles joyerías de la Place Vendôme.

Para que la candidata durmiera en Le Meurice, el Estado argentino gastó € 19.860, que al cambio de aquel día ($ 4,08) equivalen a $ 81.028,80. Sólo la suite presidencial para Cristina costaba € 2.200 por noche.

El resto se tuvo que conformar con habitaciones de € 600 cada uno. Todo ese dinero, más 800 dólares de gastos de servicios de habitación, fue transferido a la sucursal Place Vendôme del BNP de París, a una cuenta registrada a nombre del hotel. El Gobierno pagó en tiempo y forma pero, unos días después, tuvo que mandar más efectivo: en el último día de su visita, Cristina, la candidata en gira, había dejado pendiente de pago una factura de € 137 del minibar de su habitación.

En la documentación hay datos claros y otros no tanto. Los funcionarios presentaron sobreabundancia de tickets para validar los viáticos de sus tres acompañantes oficiales, pero no hay registros de otros funcionarios que viajaron y se alojaron en el Westing Paris Hotel, donde la Secretaría General de la Presidencia transfirió € 10.000 por las habitaciones rentadas. No hay gastos a nombre de Cristina en la documentación, pero hay planillas de viáticos generales por montos exorbitantes: en el caso de París, se entregaron documentos por $2.511.889,05.

Para moverse por la capital francesa, la comitiva contrató los servicios de la compañía Elite Limousines. A la candidata la trasladaban en una van de lujo con chofer que costó € 454,98 por día. Además, solicitaron otras vans, de menos cilindrada, y en la factura de la empresa consta el alquiler de “dos camionetas para equipaje”. Las valijas de Cristina necesitaban más espacio. El servicio insumió € 14.385 en la semana de estadía, es decir $ 58.690,80.

El segundo destino fue menos glamoroso pero tampoco salió barato. El 21 de marzo, Fernández de Kirchner voló a Quito y luego a Caracas, en una gira de cuatro días junto al vocero Núñez, sus secretarios privados José Bounine y Fabián Gutiérrez, y la asesora de gabinete –según consta en el decreto 246/2007– María Angélica Bustos. También la acompañaron el canciller Jorge Taiana y el ministro de Infraestructura, Julio De Vido. Aunque no figura en los documentos presentados por el Gobierno, Cristina voló hasta Ecuador en un avión Gulf Stream 5, propiedad de Eduardo Eurnekian, el empresario dueño de Aeropuertos Argentina 2000, concesionaria de los aeropuertos. En aquella misión, que no tenía un objetivo oficial concreto, se reunió con el presidente Rafael Correa, quien para confirmar que el viaje se trataba de una presentación internacional de la candidata, pronosticó que Cristina sería “muy probablemente” la futura presidenta de la Argentina.

Cuando la entonces senadora llegó a Venezuela, Hugo Chávez la recibió con palabras similares: “Algunos dicen que puede llegar a ser la próxima presidenta de la Argentina”, le comentó mientras Cristina sonreía para las fotos.

Al sumar todos los gastos presentados por la Secretaría General de la Presidencia, los cinco días de la escapada latinoamericana costaron $ 1.371.494,22. Como en el resto de los destinos, fue puro lujo. Su asistente Mazza (que por alguna razón no explicada no aparece en el decreto oficial de la comitiva), pidió adelantos por US$ 70.000 y presentó viáticos por $63.986. Cristina se alojó primero en el Radisson Hotel de Quito y después en el Gran Meliá Caracas. Siempre, en todos los viajes, la esposa de Néstor Kirchner durmió en la habitación más cara que el hotel tenía para ofrecer. Esta vez, los gastos de la comitiva ascendieron a $11.700 por tres noches de alojamiento. Y hay facturas por alquiler de autos de lujo a la empresa Goncar en Ecuador y Guerrero Baez Marco en Venezuela.

La tercera escala de la gira por el mundo fue una visita a México y otra a Estados Unidos: cuatro días en el DF mexicano y tres en Washington. Primero, los viajeros se alojaron en el Hotel Nikko, “el mejor hotel de lujo de la ciudad de México”, según promociona su página web. Allí Cristina durmió cuatro noches en una habitación de US$ 1.550. Según parece, el cuidado de los fondos públicos no fue la premisa que guió el viaje, porque en la factura del hotel hay varios desayunos completos de US$ 165 cada uno, a pesar de que las habitaciones incluían el café con leche de la mañana.

En total, el gobierno nacional le transfirió US$ 11.619,30 por hospedaje, alquiler de oficinas y breakfast completos en esa parada del tour. El transporte por el congestionado Distrito Federal costó US$ 5.170, pagados a la empresa local Chapultepec.

A Washington, la primera dama llegó para participar de la gala central del Congreso Judío Mundial. Al recibirla, su director, David Harris, la comparó con una “estrella de rock” con “brillante futuro”. Ella hizo honor al menos a la primera parte de ese halago. Se alojó en el exquisito Sofitel de Washington donde pagó US$ 3.800 por dos noches y alquiló oficinas para reuniones por otros US$ 5.000.

En total, la cuenta de la comitiva argentina en el Sofitel fue de US$ 17.588. A ese viaje también asistió Rubén Zaccarías, director de Ceremonial de Presidencia, quien pasó US$ 8.570 de propinas por tres días de estadía. En esa corta visita, los traslados dentro de Washington también fueron dignos de las clases más acomodadas del mundo. American Transportation facturó US$ 19.621 por llevar de un lado a otro a toda la comitiva.

Llegar a España es como volver a casa para la Presidenta. Su afinidad con los reyes y con Rodríguez Zapatero convirtió a Madrid en un destino amigable. En julio del año pasado viajó hasta allí para almorzar con el rey Juan Carlos en el palacio Marivent, de Mallorca. La acompañaron los asistentes, el vocero presidencial, sus secretarios, funcionarios de Ceremonial y su custodio. A pesar de que el cerco a la prensa argentina fue –como casi siempre– infranqueable, Laura La Torre, una de las encargadas de la relación con los medios enviados, pasó viáticos por “café con periodistas” por $ 8.184 durante los cinco días de viaje.

El funcionario de Ceremonial presentó “propinas” por € 2.100. También figura en ese viaje una factura de un almuerzo para dos personas por € 429,77. Fue en el Café de Oriente, un clásico restó frente al Palacio Real y junto al teatro de la Ópera madrileña. El lugar es famoso entre los entendidos por su gran cava de vinos y su carta de habanos y allí los argentinos pidieron un solomillo de buey de 114 euros, entre otras delicadezas. Para que no se les atragantaran los platos, tomaron un espumoso Moet & Chandon grand vintage de € 104 la botella.

Para septiembre, mientras recrudecía el conflicto docente en Santa Cruz y la protesta social acorralaba al gobernador Carlos Sancho, Cristina voló a su quinto destino, Alemania y Austria. Invitada –según se encargó de promocionar el gobierno– por la empresa automotriz Volkswagen, en tres días Cristina recorrió Wolfsburgo, Berlín y Viena. Viajó con su comitiva de siempre y con la compañía de las cámaras de televisión de la productora La Corte, que transmite las imágenes oficiales de Presidencia. Se alojó en el Hotel Sacher Wein y en el Regent Berlin.

Su secretario, Mazza, pidió anticipos para asistirla por € 211.000. Aquel viaje, que no debía generar demasiados gastos –se trataba de una invitación, en teoría–, terminó restando de las arcas del Estado $ 1.370.762,95. Fue el último tour de la candidata Cristina, un periplo que, días antes de ser electa presidenta, se convertía en una denuncia penal. En la cuenta de gastos del fisco quedaron así casi $ 8 millones que buscan justificarse.

El álbum de fotos más deseado

Los viajes de Cristina Kirchner fueron organizados especialmente por el equipo de campaña para mostrarla como una futura estadista y dejar atrás la imagen de legisladora que consiguió en su paso por el Congreso nacional. A pesar de que aún no se había lanzado oficialmente como postulante, Cristina se reunió en febrero en Francia con Ségolène Royal, la entonces candidata socialista, y con el primer ministro Dominique de Villepin. En Quito se sacó fotos con el presidente Rafael Correa y con su colega Hugo Chávez hizo lo mismo en Caracas. En México fue recibida por el presidente Felipe Calderón y en Washington se entrevistó con Hillary Clinton, que compite por la candidatura del Partido Demócrata por estos meses. En Alemania se dio la mano el 11 de septiembre con la canciller Angela Merkel y en Austria fue recibida por Heinz Fischer, el presidente de ese país.

* * *

Subieron (algo) los salarios, (mucho) los precios, (un poco) las jubilaciones, los impuestos, los subsidios y hasta las retenciones, pero hay algo que, desde 2002, se mantienen congelados: los planes sociales. Aun hoy reciben 150 pesos los “beneficiarios” del Plan Jefas y Jefes, y entre $155 y $305 los integrantes del Plan Familias, un sucedáneo del Plan Jefes que tramita bajo la órbita de Alicia Kirchner y le permite decir al gobierno que los planes han bajado.
Los Planes Jefes han bajado y los Familias han nacido. La canasta básica de alimentos —que este diario publica habitualmente los sábados junto a la Canasta Crítica (de consumo básico de un lector de clase media) elaborada por la Consultora Equis en base a datos propios y del INDEC— fue, ayer, de $616,12.De modo que el Plan recibido por un indigente, simplemente calculando que éste no muera de hambre, sólo le permite cubrir poco más del 20% de sus necesidades.

La inflación vuelve el panorama aun más devastador: cada cinco puntos de aumento de la canasta básica, hay cien mil nuevos pobres en la Argentina. El aumento de la canasta y el deterioro del poder adquisitivo del Plan se observan en el siguiente cuadro: con la medición de Equis de la canasta básica de abril de 2008 (al no estar manipulada es más alta que la oficial) a $ 647,la cobertura del Plan es de apenas el 23,2%.

El 70% de los recursos del Estado en asistencia social primaria se reparten entre dos planes: el Jefas y Jefes, en retirada, creado por Duhalde y manejado hoy por el ministro de Trabajo Carlos Tomada, y el naciente Familias, lanzado por la Hermana Alicia en 2006, que reciben más de 500.000 familias. Como dijo la Presidenta en Calafate, el Plan Jefes era distribuido a 2.200.000 beneficiarios, que son hoy 704.977.Del total actual, 21.280 planes están “observados” por alguna desprolijidad y serían dados de baja. El Plan Jefes es más que nada Jefas, ya que la mayoría de las beneficiarias son mujeres y se encuentra cerrado a nuevos ingresos. Así se distribuye en el país:

El Ministerio de Trabajo cuenta con otros dos planes sociales: el de Empleo Comunitario (PEC) destinado a desocupados mayores de 18 años, también herencia de Duhalde, y que distribuye 150 pesos. El PEC incluye a desocupados y financia proyectos de empleo comunitario que duran hasta doce meses, en los que el coordinador puede solicitar la baja de los miembros, lo que le otorga una importante cuota de poder.

El PEC tuvo 330.567 beneficiarios en 2003 y 230.662 el año pasado. Quienes lo han recibido son, en general, piqueteros kirchneristas: Federación de Tierra y Vivienda de Luis D’Elía, Barrios de Pie del funcionario de Desarrollo Social Jorge Ceballos y el Movimiento Evita de Emilio Pérsico. Mientras mantiene información detallada y actualizada en Internet sobre el Plan Jefes, el Ministerio se mostró más que reticente en el caso del PEC: primero dijeron que ya no estaba vigente y luego prometieron enviar datos que jamás llegaron a este diario.

El otro subsidio es el famoso Seguro de Capacitación y Empleo, para los desocupados que buscan trabajo: son 225 pesos que se reciben durante dos años y hubo, en 2007,79.496 beneficiarios.

En 2008 el Ministerio de Trabajo dispondrá de 1.316.683.800 millones para el Plan Jefes, 384.500.000 para el seguro de desempleo y 427.624.800 pesos para el PEC de los piq K.


Alice in Wonderland

Alicia es la mayor de tres hermanos: nació el 18 de julio de 1946 en Río Gallegos. Le siguieron Néstor y María Cristina, a quien en la familia, curiosamente, llaman “Macri”. Fue ministro de Asuntos Sociales de la provincia, de la Nación, senadora y ministro otra vez. Maneja, este año,1.511 millones de pesos más que el pasado: siete mil quinientos sesenta y nueve millones novecientos cincuenta y cuatro mil trescientos nueve pesos, para ser exactos. Aunque la exactitud no parece ser una de las virtudes de la Hermana Alicia: en mayo del año pasado el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) decidió utilizar el decreto 1172/03, que garantiza el acceso a la información pública (firmado por Kirchner), y pedirle al Ministerio de Desarrollo Social los datos de los 983.746 subsidios entregados a personas de bajos recursos y de los 3.977 destinados a instituciones de ayuda social. La Hermana Alicia se negó, con una excusa por cierto original: dijo que, si estos datos se conocieran,”se violaría la privacidad y el derecho al honor de los beneficiarios”.

Algo que, a pocas cuadras de su despacho, viola el ministro de Trabajo al publicar en Internet, clasificados por nombre, DNI y ciudad, el padrón completo de los beneficiarios de los Planes Jefes y Jefas de Hogar.

"La transparencia en la gestión de los programas sociales es una condición institucional central para mejorar los controles externos, pero fundamentalmente porque es un derecho básico de las personas que los reciben o dejan de recibirlos, para poder enfrentar y denunciar la corrupción y el clientelismo" le dijo a Crítica de la Argentina Christian Gruenberg, director de Política de Transparencia del CIPPEC.

El organismo, ante el silencio de Alicia, acudió a la Oficina Anticorrupción y presentó un reclamo por falta de acceso a la información. La OA emitió un duro dictamen el 6 de febrero y abrió una investigación sobre la política de entrega de planes, a la vez que solicitó que se hiciera pública la lista de beneficiarios. El dictamen de la OA, firmado por Nicolás Raigorodsky, director de Planificación de Políticas de Transparencia de la Oficina Anticorrupción, provocó un sacudón en el organismo oficial. Breve sacudón, porque aquel dictamen fue el último que Raigorodsky firmó en su cargo ya que luego renunció y consiguió trabajo en el área de monitoreo de créditos del Ministerio de Salud.

La investigación penal nunca fue abierta por la OA y es interpretada por los actuales funcionarios como “una recomendación de mejorar las prácticas”, pero nunca una acusación. El 25 de marzo la Subsecretaria para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, dirigida por Marta Oyhanarte y dependiente de Alberto F., sostuvo en una resolución de 21 carillas que “debía darse respuesta al pedido del CIPPEC con el máximo grado de desagregación, a excepción de aquella información que pudiera contener datos personales de carácter sensible”. Alicia sigue, al cierre de esta edición, sin dar un solo dato.

Como se dijo, el Plan Familias benefició en 2007 a 500.000 desconocidos. Los ingresos se definen por el número de hijos: con un menor a cargo son de 155 pesos y el tope es de seis hijos, recibiendo en ese caso 305 pesos. No se pide buscar empleo como contraprestación, sino que los chicos vayan a la escuela y se apliquen las vacunas. Alicia también dispone del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, con fondos por casi mil millones: 946.222.850 pesos.

El Plan Manos a la obra se entrega a ONGs y a grupos de más de tres personas, y se financian hasta diez salarios para comprar insumos o bienes de capital. El Plan reparte 151.134.985 pesos, y las pensiones contributivas se otorgan a discreción de la Hermana: por maternidad de más de siete hijos, edad superior a los 70 años e invalidez. Reciben 530 pesos por maternidad y 370 por vejez e invalidez.

El pasado viernes 11 de abril la Hermana Alicia presentó, en casa de su cuñada, el nuevo Plan Ahí, al que definió como “provocador” sin dar mayores precisiones. Se desconoce el dinero con el que contará para llevarlo adelante. De todos modos, como ella misma dijo, una pregunta de ese tipo atañe a su vida privada.

La brecha

El dinero que reciben del Estado los más postergados de la Argentina es, repetimos, lo único que no aumentó en los pasados seis años en los que la desocupación ha bajado a un dígito pero las capas sociales se han asentado como nunca antes: el pobre quedó definitivamente pobre y el rico definitivamente rico. La brecha de la pobreza indica su profundidad: mide la distancia monetaria entre el ingreso real que muestra la Encuesta de Hogares y el valor de la línea de pobreza del INDEC.

Dicho con un ejemplo llano: si el límite que separa la línea de pobreza es 1.000 y la persona gana 400 pesos, su brecha de pobreza es del 60%. Así las cosas, un informe de la Consultora Equis detalla que, tomando como base del cálculo de la Brecha la Canasta de Alimentos del primer trimestre de 2008, para un adulto varón de 30 a 59 años ($ 180,5) en un hogar pobre donde hay 3,6 adultos equivalentes y un incremento del ingreso de acuerdo a los números oficiales, la Brecha de Pobreza es del 57,1%.

El número no sólo es escalofriante: es superior a la brecha de mayo de 2002, a diez minutos del que se vayan todos y los cacerolazos. Dicho de otro modo: después de cinco años de crecimiento económico sostenido con tasas del 9% del PBI, con fuerte caída del desempleo y de la pobreza, los hogares pobres están peor que hace seis años. Sus posibilidades de dejar de serlo son menores que hace seis años.


Fuente Crítica de Argentina

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