NO DEMONIZAR A AZAFATO

DEMONIZAR

La Presidente ha pedido no demonizar al bolivariano estridente, belicoso y antidemocrático. Su ciega e ideologizada identificación con el personaje, la inhibe de reconocer que Chávez no necesita que lo ayuden, nació demonio y no ha perdido esos atributos, por el contrario, cada vez los consolida más. Puede desarrollar sus dotes, gracias a la ayuda de algunos diablitos o diablitas que conviven en tierras sudamericanas. Es lamentable que por voluntad de dos argentinos que capciosamente se autoerigieron como paradigmas de la defensa de los derechos humanos, millones sean arrastrados contra su voluntad, tomados de los pantalones de un ex golpista que no ha renegado de su autoritarismo.



Emilio Zuccalá

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