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domingo, 3 de mayo de 2009

NO A LA FARSA


NO A LA FARSA DE UN “RENUNCIAMIENTO HISTÓRICO”

(Se viene la noche)

Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

El segundo semestre del corriente año será terriblemente complicado, casi un verdadero infierno para nuestro país y sus sufridos ciudadanos. En ese período incidirá de lleno la crisis internacional iniciada a mediados del año pasado, que impactará duramente en nuestra economía y se sumará a los tremendos desaciertos y errores domésticos, llevados a cabo en los seis años de la administración del gobierno de los Kirchner.

Desaciertos y errores que eran ya previsibles y que fueron reiterados numerosas veces por los analistas políticos y económicos a la opinión pública, prácticamente desde el comienzo de esta desafortunada y tortuosa gestión presidencial.

El matrimonio gobernante está inmerso en un clima generalizado de desconfianza y el ridículo. Cuando se entra en esta situación, es prácticamente imposible recobrar la credibilidad y la seriedad. Y sin estas dos virtudes, se está incapacitado para recuperar el liderazgo y menos aún la economía del país.

Ante sus cada vez más crecientes miedos y desesperación, los Kirchner apelan a medidas rotundamente absurdas, extravagantes y prácticamente demenciales. Su poca cordura desapareció ya desde bastante tiempo atrás. Cada vez más solos y aislados

Ahora amenazan con el caos en caso de perder la mayoría en el Parlamento. Se equivocan: el caos empezó desde ya hace mucho tiempo y entró en franca evidencia en la gestión de la presidente, en donde aún no encontró su pico más alto.

Los Kirchner, desesperados y amenazantes, utilizan su arma más exitosa para amedrentar al pueblo: la extorsión psicológica y la enfermiza memoria parcial. En un reciente acto en el Luna Park intentó infundir temor y miedo manifestando que “… que si no tenemos la mayoría en el Congreso la Argentina volvería a caer en el vacío y en la crisis del 2001”.

En otra oportunidad Kirchner dijo que la oposición busca "destituir" a la presidente Cristina Kirchner, y que si no gana las elecciones, "el país explota".

Por su parte con su inconsistente y característica verborragia, la presidente en otro acto, profundizó la penosa e inmoral estrategia electoral diciendo “…que lo que está en juego es la estabilidad y la calidad democrática.”

La propuesta es “nosotros o el caos”. Es una alternativa falsa y engañosa. Lisa y llanamente una extorsión psicológica.

Nada de lo que ellos afirman es cierto. De ser así, ¿que es lo que hicieron durante todos estos años para que el funcionamiento democrático de un país dependa de una mayoría parlamentaria? Es sencillamente absurdo y además implica reconocer implícitamente su fracaso como gobernantes, que no pudieron afianzar el sistema democrático y sus instituciones, después de gobernar con plenos poderes y con un crecimiento económico sostenido en todos estos años.

Los Kirchner saben su ciclo está definitivamente terminado. Todas sus recientes maniobras son fuegos de artificio para preparar una decorosa salida del gobierno.

En realidad muchísima gente, analistas políticos, economistas y gente común, opinan que lo más conveniente para el país, es que después del 28 de junio, de no imponerse en las elecciones, los Kirchner “abdiquen”. Hay mecanismos institucionales que prevén estos casos. De hecho, ocurrió varias veces en estos últimos 25 años de democracia

El país después de estos comicios va a ser terriblemente complicado. Se queden o se vayan los Kirchner. El país está aislado internacionalmente e internamente lleno de crispación, rencores y odios que ellos mismos sembraron y con un alarmante colapso administrativo, político y económico. Kirchner tiene razón: es el caos.

Pero en ese caso la pregunta es la siguiente: ¿No es mejor tener otro gobierno que sensatamente, con criterio y sentido común busque aquietar las aguas, pacificar los ánimos y tratar de encontrar una solución a los enormes problemas que padecemos.? ¿No es mejor que soplen nuevos vientos? ¿O es preferible que siga esta incapacitada pareja imperial, con su estilo irracional y prepotente, sin ninguna lógica más que la de aferrarse al poder?

Todo indicaría que los Kirchner quieren abandonar el poder. Lo que no saben, es como hacerlo. No saben como lograr un “renunciamiento histórico” como lo hizo Alfonsín. Con un mínimo de dignidad y que los deje bien posesionados ante la historia.

No serán muy afortunados en este aspecto.

Alfonsín siempre demostró virtudes democráticas y afirmó que es imprescindible una democracia fuerte con instituciones que garanticen un sistema político estable y eficiente. Se fue, porque no pudo remontar la crisis económica dejada por el gobierno militar.

De La Rua, porque fracasó la increíble experiencia de la Alianza, y se quedo sin apoyo político de su propio partido.

Duhalde, porque no pudo contener la violencia y un creciente malhumor social.

Pero los Kirchner se irían por su manifiesta incapacidad e incompetencia, la tremenda y descarada corrupción, sus consuetudinarias mentiras y engaños y por haber convertido a nuestra Nación en un país paria internacional.

El otro problema que seguramente les debe quitar el sueño, y que no saben como encarar, es que inmediatamente empezarán la recorrida por los tribunales para dar cuenta de la enorme cantidad de sospechas de toda índole que oculta su gestión.

La otra alternativa, muy propia de los Kirchner y la personalidad del déspota, es hundirse, pero arrastrar en esa debacle a todo el país. Esa alternativa traerá aparejada casi inexorablemente la violencia social, con sus perniciosas e impredecibles consecuencias.

¿Tendrán los Kirchner en sus mentes enfermizas y demenciales esa posibilidad? Roguemos que Dios no lo permita.

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