UNA SOLA PATRIA
Como hace sesenta años, pero peor
Por Humberto Bonanata
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El jueves 30 de abril los argentinos presenciamos la última manifestación sindical en apoyo del kirchnerato. Con similares artilugios que practicaba su líder, Hugo Moyano demostró su poder de convocatoria, “aluvión zoológico” incluído.
Un palco imponente con las figuras de Perón y Evita de espaldas al pretendido Ministerio de Salud (Obras Sociales incluidas) conformaban la escenografía de centenares de transportados a la vieja usanza cuarentista.
No nos consta que los delegados pasaran lista para verificar la concurrencia y la lealtad al ex adherente juvenil de la causa del “brujo” López Rega durante la década del setenta en Mar del Plata, como era práctica en los empleados públicos durante la primera y segunda presidencia peronista.
Había que poner “toda la carne en el asador” y “el negro” la puso. En un día supuestamente laborable, para arriar a la gente desde sus trabajos, el futuro enemigo de Kirchner desde el 29 de junio, demostró que la fuerza es el derecho de las bestias.
Hasta se dio el lujo de pedirle al pretenso dictador en decadencia que no concurriera al acto.
Él y su banda serían “el poder y la gloria” y más que un apoyo a la presidente de hecho el “efecto apriete” hacia la “Reina de Tolosa” se respiraba sudorosamente en el palco.
Moyano fijó las condiciones hasta el 28 de junio a las 24.00 hrs. "Si ganamos el kirchnerismo será moyanista; si ellos pierden que no traten de hacer dedo en una ruta porque ningún camionero los levantará”.“
Esa fue la premisa que junto a su aparato demostró el patriarca cegetista frente a un gobierno decadente y en retirada.
No podemos quitar de nuestra memoria las dos últimas grandes movilizaciones que se dieron desde 2008: las del campo y la ciudadanía que los acompañó a Rosario y a Palermo y al velatorio y entierro de Raúl Alfonsín.
Ambas se caracterizaron por la absoluta espontaneidad y el grado civilizado de sus concurrentes. Nadie movilizó ni pagó ni prometió prebendas a cambio. La gente salió de sus casas a expresar un sentimiento de apoyo y acompañamiento. Las causas justas sólo requieren madurez republicana y conciencia cívica, algo desconocido por los grupos que hoy presionan como nadie el final del régimen.
Algo hemos aprendido en estos seis años de kirchnerismo: que todo tiene un límite y un final, que esperamos sea pacífico.
Frente a esta demostración patoteril y demagógica, el jueves próximo tendremos otra cita de honor con el lumpenaje: Luís DÈlía promete marchar desde Liniers a Plaza de Mayo – a contramano por la Avenida Rivadavia – para dar otro apriete al verdugo de su propio destino.
En busca de espacios electivos para “los movimientos sociales” que dice representar en las listas de candidatos del kirchnerismo el ilustre educador matancero promete darle pelea al “amo del feudo” en el caso de “quedar afuera del reparto”.
Nadie sabe cómo reaccionará el presidente de facto ante el compendio de insultos irrepetibles que propaló desde su programa de radio. Si Kirchner cede lugares para la banda de DÈlía será otra demostración más de impotencia en camino a las legislativas del 28 de junio.
Como lo fue la elección de Clotilde Acosta (a) Nacha Guevara en el tercer lugar de la lista bonaerense para mimetizarla con el “efecto Evita” hecho que –a decir de los encuestadores- sólo logra aprobación en el teatro de todo aquel que previamente abone $300 la entrada, los turistas en su gran mayoría.
Luego de su merecido descanso en la Polinesia con su enésima pareja juvenil, Clotilde, quien el 3 de octubre cumplirá sus primeros 69 años, se vestirá de nacional y popular para besar niños empobrecidos del segundo cordón del conurbano. Ni ella ni Scioli lograrán motorizar una lista que lleva consigo “un collar de melones” llamado Néstor Kirchner.
El futuro ya está escrito, a pesar del voto cadena, la desaparición de listas opositoras y las listas sábanas. La reticencia de los “barones del conurbano” a integrar las listas truchas no surge de una concepción jurídica o ética, términos desconocidos para ellos. Surge para alistarse prontamente en los botes del “Titanic”.
El domingo pasado, antes de las irracionalidades del matrimonio, titulamos nuestra editorial: “Meter miedo, es la cuestión”. Y días después los consortes en retirada lo confirmaron y compararon su eventual salida del poder con el golpe del 2001.
Hay una sola diferencia: hace ocho años la oposición, de la mano de Duhalde y el injertado Ruckauf, era golpista y destituyente. Hoy es democrática y republicana porque todos estamos convencidos de algo: no retroceder hacia el pasado y construir democráticamente el post-kirchnerismo.
Mientras tanto desde el poder ya han comenzado los operativos difamatorios contra los candidatos opositores. Francisco De Narváez deberá justificar ante el prístino Faggionato Márquez los tres llamados realizados desde un celular de su flota con uno de los reyes de la efedrina.
Margarita Stolbizer será la próxima víctima de la injuria oficial a través de ataques hacia la persona de un familiar muy cercano.
Y mientras tanto la gente espera respuestas y propuestas. Poco se ve en el firmamento.
La oposición sólo reacciona ante actos enfermizos del matrimonio gobernante. Les resulta increíble que sólo resten sesenta y cuatro días para alcanzar el triunfo y retomar la mayoría parlamentaria.
Nos quieren disuadir en el pensamiento con la gripe porcina para hacernos olvidar los 27.722 casos de dengue autóctonos.
Así son y así serán hasta la caída: igual que los delincuentes que huyen de la Justicia mientras embolsan sus patrimonios ilegítimamente.
Pero la historia, aunque tardía por gñenesis, es sabia. Y sabrá juzgarlos como autores, partícipes necesarios, encubridores y cómplices del mayor maltrato institucional en un cuarto de siglo a la democracia argentina.
Y para que la Argentina recupere la República ultrajada desde el 25 de mayo de 2003.
La gente saldrá voluntariamente a las calles a festejar el principio de la liberación. Sus únicas armas serán las banderas celestes y blancas.
Esperamos que la locura no se apodere de las hordas prebendarias del régimen en cercana retirada.
Hasta el 28 de junio habrá dos argentinas divididas por el resentimiento de los Kirchner, autogolpe destituyente incluído.
Que el 29 volvamos a ser una sola Patria.
Será para mal de ninguno y para el bien de todos.
Humberto Bonanata
Buenos Aires, Mayo 03 de 2009
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