SE VENGÓ
Menem se vengó del “peronismo” con un tiro
en la frente
Por Humberto Bonanata (director de Notiar)
Como suelen vengarse de los traidores en los ambientes mafiosos, Carlos Menem saboreó el miércoles pasado a la “venganza como el placer de los Dioses”. Con una sola bala de plata disparó contra el “peronismo federal” y contra el propio kirchnerismo al dejarlos plantados con el “voto 37” para definir la conformación de Comisiones de Estudio de la Cámara Alta.
Nadie conocía su paradero ni menos aún la causa de su ausencia. Mucho se habló de un pacto secreto con Kirchner para aguarle la fiesta a la oposición más unida que nunca.
La oposición no peronista criticaba a Rodríguez Sáa como responsable del acuerdo del peronismo federal con Menem para garantizar su concurrencia y su voto.
Allí residió el error: Menem fue “ninguneado” por sus propios compañeros en la participación de nuevos espacios en el arco opositor conformado el 28 de junio con el voto popular.
Los Rodríguez Sáa, los Romero; los Duhalde y los Reutemann pensaban que Menem ya era parte de la historia política argentina y podía pasárselo como “alambre caído”.
Ese error del “peronismo opositor” favoreció sin dudas al “peronismo gobernante”. Deberá demostrar de ahora en más el antikirchnerismo peronista que es capaz de convivir parlamentariamente con la oposición no peronista; caso contrario- como tantas otras veces- será funcional al régimen en decadencia por acción u omisión.
El ex Presidente de la Nación prometió su presencia en la sesión de este miércoles 3 de marzo y votar a favor de la nueva mayorías parlamentaria, es decir contra Kirchner. Se dará ese lujo que tanto esperó luego de la burla del déspota en diciembre de 2005 cuando Menem juraba con Senador Nacional y Néstor Kirchner –en el apogeo de su gran mentira- se tocaba sus genitales rechazando al “mufa”.
Gracias a Dios la historia es cíclica y por lo tanto cambiante.
Si retrocedemos nuestra memoria a sólo un lustro veríamos cómo Roberto Lavagna gozaba de buena salud y cómo Alberto Fernández defendía al kirchnerato como aglutinador de las “conquistas sociales”.
Todo es historia, como decía nuestro querido “Falucho” Luna. Como cuando personalmente me contó cómo a principios de la década del 50 compartía un calabozo con “Milo” Gibaja y “la mazorzca” del primer peronismo gozaba torturándolos con la picana eléctrica.
Hoy por suerte nada de ello retornará. Ni la picana creada por Uriburu ni la fuerza como el derecho de las bestias.
Será el primer año de los primeros siete de maldición que padecemos en haber roto el espejo en que los Kirchner deberán enfrentar a una dirigencia verdaderamente representativa de sus votantes.
El año del Bicentenario será estudiado por nuestros nietos como un tiempo de gran conflictividad social; con aumento de la pobreza extrema, con desocupación; con deserción escolar; con falta de salud para quienes menos tienen y también como el año de la resurrección alberdiana y libertaria en la conciencia ciudadana.
Como ayer me decía el ex Senador Nacional (U.C.R. Capital Federal), José María García Arecha, en la Argentina ya no hay margen para la intolerancia; ni para el matrimonio presidencial que mañana dirá en la Asamblea Legislativa algunas de las estupideces a las que nos tiene acostumbrados, ni para Elisa Carrió, quien para llamar la atención en su tono "quijotesco" decide no concurrir a la apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional en la Asamblea Legislativa, pilar sustancial de nuestras instituciones republicanas.
Los “animales políticos” -como Menem o Alfonsín- sólo se jubilan con el “sobretodo de madera”.
Aprenderán los jóvenes del futuro que toda mentira tiene su fin y también leerán cómo el régimen despótico que cada día gobierna menos pagó sus pecados bajo la sabia mano de la Justicia plena.
Hoy es un mero deseo.
En poco tiempo comenzará a ser realidad.
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