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lunes, 3 de agosto de 2009

ALMAS GEMELAS


* Artículos Nacionales
3 de Agosto de 2009 | 11:51 am

Almas gemelas
LIBRO DE PASES (I): El romance del Cleto y el Francisco. escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

“Dos almas que en el mundo
había unido Dios”.
Don Fabián

Armónicas, coincidentes. Almas gemelas, “en sintonía”.
Cobos, para ser presidente, necesita llevar -colgado- un contundente postulante a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
De Narváez, para ser gobernador de la provincia, necesita llevar -colgado- un contundente postulante para la presidencia.
Uno -De Narváez- está transitoriamente hecho para la medida del otro. Cobos. Y viceversa.

Boleros
El ostensible acercamiento entre Cobos, el vicepresidente opositor, con el consagrado diputado reelecto, Pancho De Narváez, el Caudillo Popular, recicla el panorama de las pretensiones. Las que se amontonan, aún sin asumirse, en el podio.
Para pelear en serio por la presidencia, Cobos necesita, en Buenos Aires, un ganador. Con capitales ambiciosamente espirituales.
La señora Margarita Stolbizer dista -según la Garganta- de cumplir con los requisitos políticamente fundamentales.

Mientras tanto, Margarita, previsiblemente, consolida la ruptura, a esta altura casi irreparable, con la señora Carrió. Sigue el bolero de Don Fabián:

“Dos almas que se apagan
eso fuimos tu y yo”.

La dama -Carrió- es ampliamente traicionable. Como Duhalde.
La construcción política de Carrió es llamativamente coherente: las adhesiones se constituyen, en general, como antecedentes de próximos alejamientos.
Almas casi gemelas. A Duhalde le pasa algo parecido que a Carrió.
Ambos -Carrió y Duhalde- ofrecen zonas generosamente disponibles para la traición.

Volvamos al drama del bolero de Cobos.
Pese a los avances, al viento de cola que suele proporcionar la memoria, Ricardo, el Alfonsinito, tampoco puede ser el hombre que necesita Cobos.
Para ser proyectado en ligas superiores, el Alfonsinito aún se encuentra suficientemente necesitado de Toddy. Apenas un poco menos que Prat Gay.

Otro concierto
Por lo tanto, entre el aire del flexible Planeta Cobos, flota otra insistencia flamante de Concertación.
El concierto con el kirchnerismo, escandalosamente, se acabó. Felizmente queda la disidencia, con el aroma lejanamente peronista. La disidencia encabezada por De Narváez. Calificado por su triunfo lapidario sobre Kirchner.
Gracias a las magistrales sugerencias de Durán Barbas, alias El Equeco, la consagración electoral le permitió, a De Narváez, emanciparse de Duhalde. Otro gran creador de alejamientos.
Es -Duhalde- aquel Piloto de Tormentas transformado, de pronto, en el pretérito definido del verbo ser.
Porque, para De Narváez, Duhalde ya “fue”. En adelante puede ser un “personaje de consulta”. Incienso y Requiem para el intrépido Pescador de Tiburones.

Macri, último en enterarse
El romance del Cleto y el Francisco es -aún- oculto. No está blanqueado. Pero sí está ampliamente fotografiado. En los momentos difíciles, como durante el acoso de Faggionatto Márquez, el Francisco suele refugiarse en el Cleto. Como en los momentos de goce terrenal, por ejemplo para compartir un churrasco en La Rural, junto a los próceres de la Comisión de Enlace.
El concierto del Cleto y del Francisco tendría que ser evaluado por Macri. El tercero en la discordia. Con mayor inteligencia que preocupación.

Al presionar a Macri, para que lance la candidatura presidencial, De Narváez legitima la base del próximo movimiento.
Para erigirse gobernador, De Narváez necesita, no olvidar, colgarse pronto del postulante a la presidencia. Después de asegurarse, de tan agrandado, al menos tres ministerios.
Si Macri dilata la ceremonia del lanzamiento, no es por vacilante. Es por conservación territorial. Debe cuidar la capital, el feudo conquistado. Ya que carece, infortunadamente, del continuador. El heredero confiable que le pueda garantizar el control del artificio porteño.
Por lo que pudo comprobarse en la última elección, la legislativa, es altamente improbable que la señora Michetti pueda mantener la potencia asegurada del presupuesto. Con la bandera amarilla del PRO.
El resto de los eventuales postulantes, a la sucesión, podría garantizarle, a Macri, con solvencia, la organización de alguna kermesse. De ningún modo un proyecto de continuidad triunfal.
Lo señalado implica la devaluación, seguramente inmerecida, de las expectativas personales que estimula, razonablemente, Rodríguez Larreta, el Galán Maduro que suele excitar a las juventudes femeninas del PRO.
Tampoco Santilli. O el propio Pinedo.

El planteo de De Narváez, para que se lance pronto Macri a la presidencia, es insistentemente perverso. De Narváez sabe, según la Garganta, que Macri debe invariablemente esperar el próximo turno. El 2011, Macri tiene que dejarlo pasar. Debe quedarse en el amague. Conformarse con aspirar, a lo sumo, al mantenimiento. A la reelección como jefe del artificio municipal.
Lo cual, para algarabía de Nicky Caputo, es una causa tranquilizante. Para tirar cohetes.
En caso de perder el control de la ciudad se vienen, de manera aluvional, los cuestionamientos judiciales. Canalladas de la progresía.

Felipe y las medialunas
El inquietante Felipe Solá, aliado ocasional de Macri y De Narváez, convierte las preocupaciones en acciones operativas.
Sabe Felipe que, pese al formidable despliegue de los amagues, no le alcanza, aún, para mojar la medialuna presidencial.
Pero no sería desacertado, a esta altura, mojar la medialuna vicepresidencial.
De aquí a imaginarse, en su panadería, como vice de Reutemann, hay un paso.
Otro paso más, acaso el siguiente, consiste en desprenderse de la sociedad, literalmente agotada, con De Narváez. Se impone el “adiós inteligente entre los dos”.

De tener suerte, como vice de Reutemann, se le podría repetir, a Solá, la experiencia compartida con Ruckauf. De cuando Solá fue, desde el 99, su leal vicegobernador.
Al huir Ruckauf, patrióticamente, hacia la cancillería, Solá no tuvo otra alternativa que acceder a la gobernación.
Nobleza obliga. Debe reconocerse que, con la provincia incendiada, desde el 2002, Solá no gobernó del todo mal. Al contrario.
Si conjeturalmente Reutemann triunfa, sobre Cobos, en el 2011, y si de pronto Reutemann vuelve a ver algo feo, reprobable, a Felipe se le puede dar el bis. ”¡Otra, otra!”.
La historia -como en otro tango-, puede volver a repetirse.

Melancolías
Las Gargantas aseguran que Solá, para asistir -junto a De Narváez- al “diálogo” convocado por el gobernador Scioli, llegó bastante antes. Por estrictos motivos de melancolía.
Pero Solá fue antes -aseguran- para operarlo a Scioli.
Porque Scioli tiene también -como Macri-, en el imaginario de Solá, que prepararse para la reelección. Olvidarse del espejismo de la presidencia. Y romper con Kirchner, al que Scioli siguió, hasta en el descenso.
Significa entonces que Macri y Scioli, al prolongarse en las respectivas gestiones, y simultáneamente al descartarse para la presidencia, también son almas gemelas.

Ocurre que Reutemann también necesita llevar -colgado- un postulante contundente para la gobernación de Buenos Aires. ¿Quién mejor que Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol? Sobre todo si Scioli rompe, paulatinamente, con Kirchner. A los efectos de prepararse para confrontar, en la provincia, con De Narváez.
Quien -De Narváez-, en cualquier momento, anuncia el apoyo, para presidente, a Cobos.

De acuerdo a la línea en marcha, se despejan los caminos. Para facilitar el cotejo presidencial entre Reutemann (del que pretende colgarse Solá), contra Cobos. Imposiblemente, hasta hoy, secundado por Binner.

Para Carrió queda, de manera estelar, la televisión.
Para Duhalde, en cambio, se reserva el enigma impuesto, la meticulosa especulación. La sublime capacidad que lo induce a quedarse, científicamente, afuera.

Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital

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