ESTADO Y GOBIERNO

Confundir Estado con gobierno

por Hugo E. Grimaldi / DyN


BUENOS AIRES -- Parece mentira. En un gobierno que ha hecho del Estado el centro de sus desvelos, los problemas se multiplican allí donde éste tiene que ejercer alguna función primaria. En la exageración, se podría pensar que el Estado tiró la toalla y abandonó el ring, y que por eso no logra conformar a nadie.
Ni a los que pagan impuestos porque ese Estado que contribuyen a engordar no les devuelve nada en servicios y tienen que pagar una sobre cuota privada para obtener mejor salud, educación o seguridad. Ni tampoco a los que necesitan de verdad que el Estado los contenga, los proteja y los encamine.
Lo más criticable del manejo actual es que una vez más se confunde gobierno con Estado. El temor a los títulos de los diarios obnubila a los funcionarios que intentan tapar el Sol con las manos, y sólo logran poner más en evidencia que el Estado no está. Desde la falsificación de la estadística hasta este último intento de evitar que el dengue se transforme en noticia, cuando ya es noticia. Ni que hablar de la "sensación" de inseguridad.
Tampoco el Estado se ha caracterizado por su transparencia a la hora de acudir a administrar empresas, allí donde parecería estar la crema de los recursos. Nadie sabe cuanto pierde Aerolíneas Argentinas, ni tampoco cómo le ha ido al Correo estatal, para nombrar dos transferencias emblemáticas. Tampoco nadie sabe cuánto cuesta mantener Enarsa, qué hace y con que grado de eficiencia.
De allí, el soplo de aire fresco que ha resultado este intento de avanzar hacia una "política de Estado" en el área energética, que impulsaron ocho ex funcionarios que conocen muy bien el tema y que, lamentablemente, no ha encontrado interlocutores desde el lado de los funcionarios del gobierno.
Lo han presentado como un aporte genuino y técnico, hasta podría decirse extrapartidario y, también, con algún sesgo estatista, pero nadie les ha prestado la menor atención, ni siquiera para discutirlo, o aun como mecanismo de defensa, ya que las críticas son muy fuertes. O los funcionarios se sienten invulnerables o suponen que no han sido designados para administrar la cosa de todos.
En este aspecto, qué bien vendría que con este ejemplo, se pudieran obtener trabajos similares en las áreas de Salud, Educación, Seguridad o Política Exterior. Como para empezar a discutir algo más que las candidaturas de junio, sayo que también le cabe a toda la oposición, ya que aspiran a administrar un Estado que han dejado degradar y nadie le dice a los ciudadanos cómo hacer para reflotarlo.