MISMA MEDICINA
Al inicio de la semana / Roberto Cachanosky
CFK prueba su propia medicina
La presidenta criticó a Hugo Moyano, sin nombrarlo, por los bloqueos. En realidad, Cristina Fernández de Kirchner está sufriendo en carne propia el desprecio por la república y la ley del más fuerte que el matrimonio impuso en todos estos años.
Cuando la semana pasada la presidente, con voz entrecortada, se quejaba de las presiones de Moyano, sin nombrarlo directamente, se confirmó, una vez más, la arbitrariedad con que el kirchnerismo en general y CFK en particular hacen política.
Entre otras cosas dijo CFK: "Preferiría que en lugar de apoyarme tanto para que sea presidenta de los argentinos, me apoyen de una manera más contundente tratando de que las cosas puedan solucionarse sin necesidad de presiones o de hechos que realmente crean demasiada conflictividad y no le hacen bien a los argentinos", y luego agregó: “Estas cuestiones no deben dramatizarse, pero tampoco someter de rehén al resto de la sociedad, porque algunas veces veo que quienes tienen trabajo estable y registrado de repente amenazan al resto de la sociedad si no se hace tal cosa o si no se hace tal otra". Evidentemente CFK estaba molesta por el bloqueo a la distribución de combustible que tanto complicó a la gente y le generó problemas de imagen al gobierno.
Pero así como CFK se queja de ese bloqueo, comparemos la actitud que tuvo el gobierno cuando se bloquearon las plantas de La Nación y Clarín. Mientras en ese bloqueo CFK no emitió palabra, dijo Garré que en el caso de los diarios, habría sido un conflicto gremial y no una protesta social, y afirmó que la Policía Federal había actuado de acuerdo con las instrucciones dictadas por los tribunales que intervinieron en el conflicto.
¿Qué dijo el ministro Tomada al respecto al bloqueo? Afirmó que: “este es un conflicto laboral que tiene larga data y está vinculado en el incumplimiento de la empresa de lo que son los principios básicos de la libertad sindical”. Pero agregó sobre la oposición que criticó el bloqueo: “Así de silenciosos son los dirigentes políticos al hablar del bloqueo a la libertad de expresión y no hablar del bloqueo a la libertad sindical”.
Por su lado, Randazzo sostuvo: “si cada vez que hay una huelga en algún lugar se dijera que se está alterando la libertad de empresa, todos nos reiríamos porque forma parte de las negociaciones lógicas. Este es un típico conflicto gremial; decir que afecta la libertad de expresión es una intención de dramatizar el episodio y victimizarse”.
Es decir, si el bloqueo se lo hacen a otros que no son de la simpatía del gobierno y no lo perjudica, los que protestan contra el bloqueo se “victimizan”, si hacen un bloqueo que afecta la imagen del gobierno, CFK, con voz quebrada, habla de que no la apoyan y se victimiza.
Es tan categórico el doble discurso del gobierno respecto al tema Moyano, que el mensaje pareciera ser el siguiente: “vos sos mi fuerza de choque para atacar a mis enemigos, no para atacarme a mí”.
Es probable que el discurso de CFK de la semana pasada, vestida de riguroso luto y con voz quebrada, prenda en buena parte de la población, pero eso no quita el doble discurso y lo poco creíble de la queja de la presidente.
Evidentemente lejos quedaron los tiempos del amor platónico entre el kirchnerismo y Moyano. Entrando en el sitio de la Casa Rosada, donde pueden encontrarse los discursos y fotos, veo el siguiente. Lunes 28 de agosto de 2006, cuando Néstor Kirchner todavía era presidente, dio un discurso en la inauguración de un hotel del sindicato de los camioneros. Dice el sitio oficial de la presidencia, refiriéndose a Néstor Kirchner: “Junto a Hugo Moyano, dejó inaugurado un hotel en el centro de Mar del Plata.
El presidente Néstor Kirchner, junto al titular de la CGT Hugo Moyano, encabezó la ceremonia inaugural del hotel del Sindicato de Camioneros ubicado en el centro marplatense. En su discurso elogió (Néstor Kirchner) la figura de titular del gremio y de la CGT. Afirmó que hay una Argentina productiva que va a seguir creciendo".
Podrían seguir los ejemplos de halagos mutuos entre Kirchner y Moyano y CFK y Moyano, pero el lector puede googlear y encontrar toneladas de ejemplos al respecto.
Lo importante es advertir que las quejas de CFK son consecuencia del uso del poder que en estos años hicieron ella y su fallecido esposo. Ambos utilizaron el Estado en beneficio propio para perpetuarse en el poder. Dejaron de lado la república y utilizaron los resortes del poder con arbitrariedad. Para eso le dieron vuelo al dirigente sindical, quien se cansó, junto con su hijo, de bloquear plantas, peajes, empresas, etc. ante la pasividad del gobierno.
El gobierno kirchnerista nunca hizo uso del monopolio de la fuerza para hacer respetar el derecho de terceros, sino que lo utilizó a su placer según le convenía o no para perpetuarse en el poder. Pero resulta que no solo el matrimonio siempre mostró una ambición por el poder que supera los límites del orden republicano, sino que hay otros que también le tomaron el gustito al poder y, sobre todo, a manejarse con impunidad.
Cuando en un país se elimina el orden republicano y se lo reemplaza por el uso de la fuerza, la regla de juego pasa a ser la ley del más fuerte en vez del estado de derecho. La regla del más fuerte fue la que implantó el kirchnerismo. Cuando Moreno aprieta a las empresas para que hagan tal o cual cosa, usa el monopolio de la fuerza e ignora el estado de derecho. Y los ejemplos podrían seguir, como cuando en el conflicto de la 125 D’Elía fue a sacar a las trompadas a quienes se manifestaban contra el gobierno en la Plaza de Mayo, mientras la policía brillaba por su ausencia.
Al destruir el orden republicano, CFK creó las condiciones para que otros, que también quieren el poder, utilicen las mismas reglas de juego que ella y su marido establecieron en la Argentina para tratar de alcanzarlo y retenerlo. El más fuerte se impone sobre el más débil. La presión y extorsión son parte del juego. La ley pasa a ser letra muerta bajo estas condiciones.
Por eso, cuando la semana pasada CFK se quejaba de Moyano, en realidad estaba quejándose del sabor amargo que tiene su propia medicina y que el dirigente camionero le hizo probar complicando la distribución del combustible. Así como Moreno, con la bendición de CFK, utiliza el método de “haces lo que yo digo o te destruyo”, Moyano aplica el mismo método. ¿De qué se queja ahora CFK si fue el matrimonio el que instauró esas reglas de juego?
¿Cuál es el problema hacia el futuro? Como los problemas no se resuelven dentro del imperio de la ley, sino de la fuerza bruta, las amenazas y las presiones, tendrán que negociar un pacto de no agresión, que no se sabe cuánto puede durar porque ambos quieren lo mismo, el poder, o bien se enfrentan en una lucha en la que no sabemos quién puede ganar, pero sabemos que seguro la que asumirá las pérdidas será la gente que tendrá que soportar una eventual escalada del conflicto.
Que quede en claro, aquí no se están discutiendo derechos en base al orden jurídico, acá se está discutiendo el mismo poder. Y cuando dos bandos, que no respetan el estado de derecho, pelean por el poder, no existen límites a lo que pueden hacer.
Por eso, es importante restablecer el orden republicano. Para que, bajo un gobierno limitado, el monopolio de la fuerza sea utilizado para hacer respetar el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas. Cuando se abandona ese gobierno limitado, viene la ley del más fuerte y en la ley del más fuerte no vale la voz quebrada desde el atril.
CKF comenzó a probar el sabor de la medicina que ellos implementaron. No le gustó para nada. ¿Le dará Moyano más medicina de la que inventó el matrimonio? ¿Cuánta de esa medicina le hará tragar CFK a Moyano? La verdad es que no le sé, pero por momentos me siento viendo una película en que Al Capone y Frank Nitti pelean por controlar negocio clandestino del alcohol.
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