NEGOCIO ARRUINADO
UN NUEVO MENSAJE A LA CÚPULA SINDICAL
Con la trazabilidad, CFK les arruinó el negocio a Moyano y muchos laboratorios
Por Guillermo Cherashny
El presidente de la bancada kirchnerista del Senado, Miguel Ángel Pichetto, declaró que compartía el reto de CFK a Moyano, ya que el peronismo no es un partido laborista, como quiere, por ejemplo, el embajador en Roma, Torcuato di Tella. Es así que en el nuevo reposicionamiento de la Casa Rosada de cara a la campaña electoral, el funcionario que hable bien del líder de la CGT se arriesga a ingresar en la lista negra presidencial.
En su discurso de anteayer, la presidente avanzó mas y cerró un capítulo en la salud argentina, el de los troqueles, que son la cédula de identidad de los medicamentos. De acuerdo al nuevo decreto que reglamenta la ley que regula las prepagas, a través del sistema de trazabilidad, el Estado controlará el mercado de los medicamentos oncológicos, hemofílicos y para enfermos de HIV. Así lo anunció la primera mandataria y agregó que “el Estado podrá controlar los medicamentos (a partir de su seguimiento en toda la cadena de producción) desde el laboratorio hasta el paciente”. Como parte de este mismo plan, también se digitalizarán las recetas médicas.
Con este sistema de control de fármacos, el Estado podrá saber el recorrido que realiza un fármaco desde su producción hasta su venta a un consumidor final.
La trazabilidad es una idea que salió de la cabeza del ministro de salud Juan Manzur, un egresado de ISALUD, la universidad fundada por Ginés González García. Con la trazabilidad se termina la política de ciertos laboratorios que están implicados en la fabricación de medicamentos mellizos. Procedimiento por el cual, por un lado, se ahorran el IVA y, por el otro, pueden introducir esta mercadería en el mercado negro, dando lugar a la causa que investiga el juez federal Norberto Oyarbide, denominada “la mafia de los medicamentos”. Uno de los métodos delictivos es el cambio de troqueles auténticos de los medicamentos verdaderos por otros truchos, para pasar entonces a cobrar reintegros de la APE (Administración de Programas Especiales), gerenciada desde 2005 por hombres puestos por Hugo Moyano.
Juego sucio
Durante su gestión como Ministra de Salud, Graciela Ocaña no hizo nada para imponer la trazabilidad, tal vez porque desconocía cómo elaborar una política de medicamentos. Antes de ello, desde el PAMI había centralizado todas las compras de este organismo en un conjunto de grandes laboratorios, pasando por encima de la política de genéricos establecida por el Ministerio de Salud. Cuando ella asumió finalmente como titular de Salud, permitió que reabrieran varias droguerías clausuradas por la gestión anterior de Ginés González, quien había impulsado que la ANMAT (agencia de control de medicamentos) presentara ante Oyarbide las primeras denuncias, que se transformarían después en la causa de la mafia de los medicamentos.
Los valores de ciertos medicamentos dan una idea de la magnitud del negocio de los troqueles truchos. Una ampolla de Monoseven -para hemofílicos- vale 50.000 pesos y sus similares 20.000. Con la trazabilidad, se terminaría entonces el negocio de los laboratorios de fabricar medicamentos mellizos para introducirlos en el mercado negro. Claro está que CFK tardó ocho años en darse cuenta de esta trama y optar por impedir los negociados con reintegros con la APE, cuyo principal beneficiario fue Moyano. Éste ayer sufrió además un golpe al ser procesados sin prisión preventiva tres de sus hombres. Pero parece difícil que las actuaciones judiciales hagan blanco en el líder camionero. En su discurso en José C. Paz, la Presidente le insinuó claramente a Moyano que si ella no es reelecta, la cúpula sindical entera podría terminar procesada. Es de suponer que entonces que el camionero podría haber pensado “en mayo tenés que presentar la declaración jurada y enseguida Monner Sans te puede denunciar por enriquecimiento ilicito”. O sea que la partida de truco sigue empatada.
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