EL MOTIVO
Castellanos - 09-Mar-10 - Opinión
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EDITORIAL
El velado motivo para no consensuar
Esperar en vano parece ser el karma de la política nacional. El anhelo de que gobierno y oposición lograran un acuerdo ayer en el Senado, se escurrió entre los dedos. La orden de Kirchner primero fue la de endurecer la posición en su perpetuo temor al fracaso.
La posibilidad de un arreglo no era fácil y seguramente de alto costo. ¿Cómo hacer entonces para que ese acuerdo no tuviera visos de derrota oficial? Desde el Calafate todo se centraba en no transigir, en hacer acercar la oposición al gobierno y no viceversa. Algo difícil de quien ya conoce sus debilidades y puntos frágiles. Quienes debían estar en la reunión no querían prometer nada, sólo hablar, no cortar el diálogo. Viejos en la política, otrora hombres de Duhalde como Pampuro; o de Menem como Pichetto, sabían que aquellos en un caso como éste podrían idear mil opciones pero nunca dejarían de dialogar, de parlamentar; por la simple razón de que más se pierde en el enfrentamiento. La diferencia está en que sus antiguos líderes podían tener defectos pero eran cuerdos.
Los puentes de plata que tendió Pampuro a los radicales no se cayeron, fueron levantados por orden oficial. Es que el problema del matrimonio presidencial está en especial en su manía persecutoria y consideraron que cualquier arreglo puede ser interpretado como una capitulación, así mandaron a sus parlamentarios a no reunirse. Difícil situación la de los lenguaraces que sino hablan son acusados por la oposición de hacer infranqueable el diálogo y si lo hacen son amonestados duramente, destratados y rebajados por la pareja que no admite mensajeros con malas noticias.
El panorama se complica cada vez más. Las esperanzas de una solución acordada por las partes se diluyen y van empujando la situación hacia la vía de la judicialización. Una vía desafiada por Cristina Fernández días atrás al declarar su disposición de enfrentar las decisiones de la Justicia o de la oposición si intentan impedir el pago de la deuda.
La necesidad de dineros para la caja parece ser mucho mayor que la que se hubiera podido calcular. Al menos lo único que puede justificar una reacción desmedida como la de esa amenaza.
La duda está ahora en si los Kirchner temen ser desestabilizados o buscan la desestabilización; un camino tortuoso de los que ellos gustan transitar y que les permitiría, en caso de poder disponer de suficientes fuerzas de choque, cerrar el Congreso y sacarse de encima la Corte, que tantos disgustos le ha dado.
Aunque esto parezca disparatado el rumbo y las señales lo indican así, a menos que todo sea una maniobra de diversión preparando su exilio en "El Country" uno de los aledaños más onerosos de Caracas pleno de ricos y famosos que o deben dar prueba alguna de condiciones morales.
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