JUECES EN LA PICOTA
Río Negro - 20-Mar-10 - Opinión
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EDITORIAL
Jueces en la picota
Como suele suceder cuando los integrantes de una fuerza política antes hegemónica se sienten preocupados por su propio futuro, los kirchneristas han llegado a la conclusión de que en nuestro país los jueces dejan mucho que desear y que por lo tanto convendría depurar sus filas eliminando a quienes en su opinión no son "idóneos". Hasta hace muy poco el tema no les interesaba ya que confiaban en que serían de su agrado los fallos de los magistrados, pero puesto que últimamente han experimentado algunos reveses quisieran actuar antes de que fuera tarde. Es sin duda por eso que todos los días personajes como el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se despachan contra los jueces acusándolos de manifestar "una importante vocación de gobernar" aunque "no van a elecciones".
Aún más agresivo en tal sentido ha sido el mensaje que se ha dado ayer a los magistrados no funcionales al kirchnerismo con la detención "por delitos de lesa humanidad" del padre de la jueza María José Sarmiento, que falló dos veces contra el gobierno en el conflicto de las reservas. Lejos de la respuesta oficial a la jueza, resulta evidente el espíritu de represalia hacia Sarmiento y quienes, como ella, son capaces de adoptar decisiones judiciales independientes.
Idéntica orientación tiene la propuesta del diputado kirchnerista Alejandro Rossi que, además de proponer obligar a los jueces a rendir examen cada cuatro años, sugirió que deberían estar bajo vigilancia permanente pues "habría que ver qué tipo de sector representan, qué tipo de ideología, cuántos están casados entre sí, cuántos son parientes, a qué clubes van, a qué colegios asisten sus hijos", etc.
Tales afirmaciones fueron criticadas con virulencia por distintos líderes opositores que no vacilaron en calificar de "fascista" a Rossi. Acertaban, ya que la idea repugnante de hurgar en la vida privada de los jueces con el propósito evidente de encontrar pretextos para removerlos es propia de totalitarios, pero si bien más tarde Rossi procuró mitigar el impacto de sus palabras al dar a entender que sólo quería decir que deberían tomarse en cuenta "su ideología y su mirada religiosa" -parecería que a su entender los jueces propenden a ser excesivamente conservadores y por lo tanto alejados de "la sociedad"- el que planteos como el suyo estén difundiéndose en ámbitos oficialistas nos dice mucho sobre su estado de ánimo. Por motivos comprensibles, tanto los Kirchner como sus aliados temen que una vez privados del poder político al que se han acostumbrado tengan que enfrentar una avalancha de juicios. Aunque los voceros oficialistas más sensatos insisten en embestir contra fallos que, de respetarse, afectarían el accionar del gobierno, como los vinculados con la ley de medios audiovisuales, el uso de las reservas del Banco Central y los decretos de necesidad y urgencia, parecería que lo que más los asusta es la muy probable proliferación de causas relacionadas con la corrupción. Puede que un juez coyunturalmente "bueno" haya sobreseído a los Kirchner en la causa motivada por el aumento extraordinario de su patrimonio conjunto, pero tarde o temprano tendrán que enfrentar otras por el mismo tema y también por asuntos de apariencia tan turbia como el destino de los tristemente célebres fondos de Santa Cruz. Por lo demás, se cuentan por docenas los funcionarios acusados de no discriminar entre lo privado y lo público, de haber aprovechado en beneficio propio la relación de miembros del gobierno con el régimen cada vez más autocrático del caudillo venezolano Hugo Chávez y así largamente por el estilo.
En principio, no sería malo que los jueces -y muchos otros- se vieran obligados a probar con mayor frecuencia su idoneidad, y es de suponer que los encargados de seleccionarlos siempre prestarán atención a los factores mencionados por Rossi, lo que en una democracia como la nuestra es natural y legítimo, aunque es de esperar que en el futuro no sean investigados por una especie de Gestapo oficialista. En cuanto a la propensión de miembros de "la familia judicial" a asumir formas corporativas debido a las relaciones interpersonales, se trata de un fenómeno universal que se da también en otros ámbitos, como el militar, el académico y, obvio es decirlo, el político. En efecto, por ser el diputado Rossi hermano del mandamás de la bancada kirchnerista en la cámara baja, Agustín Rossi, de acuerdo con los criterios que él mismo reivindica podría justificarse una investigación encaminada a decidir si debió su lugar en la lista a sus méritos o si, como muchos sospecharán, se ha tratado de un ejemplo más del nepotismo que tanto ha contribuido a reducir la calidad de la clase política nacional.
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