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miércoles, 24 de marzo de 2010

LA VERBORRAGIA DE CRISTINA




Por Enrico Udenio (*)

Desde el año 2003 que los Kirchner han dejado bien en claro que el cuestionamiento y la crítica atentaba contra su proyecto de consolidación del poder. Este habrá sido un argumento basal a la hora de decidir comunicarse con la sociedad únicamente a través de discursos proselitistas ejecutados, en su mayoría, desde el atril o el escenario de un acto político. Las conferencias de prensa, instrumento indispensable en una democracia republicana, quedaron fuera de sus planes.
Cuando un gobernante comunica desde un atril, o en la inauguración de una obra pública, no hay posibilidades de cuestionar o preguntar sobre sus dichos y conceptos, por lo que suele aprovechar la brecha para comunicar insensateces. Por ejemplo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en su intento de desvalorizar la convocatoria al periodismo como instrumento necesario de comunicación, llegó a decir “No me imagino a San Martín haciendo una conferencia de prensa para anunciar el cruce de los Andes". Realmente se hacen muy difíciles de entender los vericuetos mentales de Cristina cuando asocia (o confunde) una secreta invasión militar de principios del siglo XIX a través de la Cordillera de Los Andes (1), con la obligada explicación de su política administrativa que todo gobierno en el siglo XXI debería cumplimentar.

Por lo tanto, sin los límites que impone la presencia de periodistas críticos, la presidenta en su verborragia agravia a quienes que no están de acuerdo con sus ideas y/o con su forma de gobernar. Si bien usualmente utiliza argumentos incorrectos y realiza asociaciones inexactas con las que manipula el sentimiento ajeno, parecería que esas incongruencias no tienen demasiada importancia para ella. Es que el “modelo Kirchner” ha demostrado que es mucho más relevante lo que se dice, y cómo se lo dice, que la veracidad de las palabras o el accionar posterior de sus actores. Fue un acierto el que tuvo el Director de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas, Nicolás Shumway, cuando en su libro “La invención de la Argentina” afirmó: “La cultura política argentina tiene una extraña fe en las palabras; cree que ellas resuelven los problemas”.

No es el primer gobernante argentino que lo hace ni será el último, ya que, para muchos, se trata del camino más apropiado para convencer a la población de las bondades de un Gobierno. Manipulación social sería la palabra adecuada para esta acción, aunque, no nos olvidemos que, en una democracia, ésta sólo puede tener éxito si cuenta con la complicidad de una población que no puede ni desea interiorizarse de algunos pormenores básicos de la política y la economía, pero que es capaz de seguir y conocer hasta el más mínimo detalle los vericuetos de la vida privada de los integrantes del mundo del deporte y el espectáculo.
Cada país del mundo tiene el destino que determina su población. Si un pueblo presta atención sólo a lo que quiere o le agrada escuchar o leer, no podrá enfrentar adecuadamente sus problemas.

EL IMPUESTO AL CHEQUE

“Es peligroso dejar que el público entre a los bastidores. Fácilmente se desilusionan y luego se enojan contigo, que eras la ilusión que amaron.” William Somerset Maugham (1874-1965) Escritor inglés, nacido en Francia.

Desde ya que es imposible analizar en la estrechez física de esta nota todos los erróneos conceptos que la presidenta Cristina expone habitualmente en su desborde de conceptos por lo que me limitaré a pocos aunque significativos y actuales ejemplos. Uno de ellos es la discusión por la coparticipación del impuesto nacional sobre los débitos y créditos bancarios, conocido popularmente como el impuesto al cheque.

La presidenta de la nación, en su época de congresista, fue una de las más fuertes defensoras de la coparticipación automática de los impuestos para las provincias. Por supuesto, ella era entonces opositora. Hoy, por el contrario, explicita que si se aprueba la coparticipación automática del impuesto al cheque, el Estado nacional podría dejar de girar dinero a todas las universidades públicas del país; o habría que achicar en un 15 por ciento los fondos de la ANSeS que se usan para "pagar a los jubilados y la asignación universal por hijo; o dejar de enviar los más de 2 mil mi­llo­nes de pe­sos a las pro­vin­cias pa­ra el in­cen­ti­vo do­cen­te.
Como vemos, no habla de reducir los cuantiosos subsidios empresariales o de las prerrogativas económicas dadas a algunos sindicatos. Ni tampoco hace referencia a las contribuciones monetarias a los transportes, la televisación del fútbol o al descomunal gasto de la propaganda oficial, que de tan exorbitante que es, se niega a informar sus montos aunque por ley esté obligado a hacerlo.
En cambio, la presidenta nos comunica que si se aprobara la modificación al impuesto al cheque, sería la educación, la salud y los niños los que van a sufrir. La psicología suele calificar este tipo de manejo como psicopático, una forma de manipulación que se aprovecha de la debilidad del otro para lograr el objetivo.
"Cuando escucho sobre proyectos para reformar la ley del cheque para supuestamente favorecer a las provincias, creo que no saben que esto significa sacarle al presupuesto nacional 10.000 millones de pesos que irían a las provincias" (¿?) "Todos los recursos del presupuesto están destinados absolutamente a la provincias" (,,,) “Nunca antes se dio tanto a las provincias” (…) “No se puede imaginar un país estable con provincias fiscalmente ordenadas, pero un gobierno federal desfinanciado”, son sólo algunas de las frases más polémicas que se le escucharon decir en estos días sobre el tema del impuesto al cheque, impuesto que, por otra parte recordemos, era “sólo transitorio” y que fue implementado por Domingo Cavallo en el 2001 y extendido varias veces por los Kirchner.

A su vez, las estadísticas desmienten muchas de las afirmaciones comparativas de la presidenta. Por ejemplo, en 1998 las provincias recibieron el 37,9 % de la transferencia por coparticipación y otros regímenes especiales sobre la recaudación nacional neta de seguridad social (2), mientras que en el 2008, 29,7 %. Es decir, diez años antes, las provincias recibían porcentualmente más transferencias que en la actualidad.

SUMA CERO

“Sucede lo mismo con los libros que con los hombres: un número muy pequeño juega una gran parte, el resto se encuentra perdido en la multitud.” Francois Marie Arouet ("Voltaire") (1694-1778) Escrito y filósofo francés. Uno de los máximos precursores de la Ilustración Francesa.

En una primera instancia, la coparticipación de los impuestos se asemeja a un juego de suma cero porque la sociedad no saldría beneficiada desde el punto de vista monetario ya que lo que gana uno (la provincia), lo pierde el otro (la nación). La diferencia, entonces, estaría dada en el poder político que otorga la discrecionalidad de la distribución de los ingresos en manos del Gobierno Nacional en detrimento de las provincias. Por ello, ampliar y automatizar la participación de los inacabables y marañosos ingresos tributarios nacionales (4), aparentaría ser, en realidad, un buen inicio para ejecutar la siempre cacareada pero inexistente nación federal.

Para que se tenga en cuenta la magnitud económica de lo que se está discutiendo con relación al impuesto al cheque (3), hay que saber que el Gobierno nacional perdería nada menos que el 0,8% del PBI, porcentaje que ganarían las provincias y la ANSES (0,6% y 02% del PBI respectivamente). En términos monetarios, por ejemplo, podríamos observar que, sobre la base de una recaudación de este impuesto estimada de $25.000 millones, habría un incremento de casi $9.000 millones en los ingresos provinciales, de los cuales, por ejemplo, la Provincia de Buenos Aires percibiría cerca de $1.900 millones, o sea, que con esta suma podría cubrir nada menos que el 45% de su actual déficit provincial. Esto torna más inexplicable aún el rechazo del gobernador Daniel Scioli al aumento de la coparticipación de este impuesto. Tampoco se comprende las declaraciones del Gobernador de Tucumán, José Alperovich cuando, hace pocas horas, manifestó: “A Tucumán no le conviene (…), ya que perderíamos $ 500 millones en obras públicas. No es que la presidenta va a decir: te doy La ley de Cheque y, aparte, te doy un dinero extra. Es una cosa o la otra.” Más allá de que en su declaración Alperovich deja en descubierto el comportamiento extorsivo del Gobierno Nacional, desde lo monetario sus palabras son inexactas, ya que con la coparticipación la Provincia de Tucumán recibiría nada menos que $ 402 millones.

EL “UNITARISMO” ARGENTINO

“No puedes mantener a un hombre abajo sin quedarte abajo con él.” Booker Taliaferro Washington (1858-1915) Educador y líder de la comunidad negra estadounidense. Liberado de la esclavitud en su infancia, obtuvo en 1896 el honoris causa en Master Arts de la Universidad de Harvard.

Reiterando lo expresado en el ítem anterior, con una cuenta de suma cero, la diferencia es política, no social ni económica. Cristina miente –por ignorancia o a sabiendas- cuando relata todos los beneficios sociales que se perderían si se aprueba una mayor coparticipación del tributo. Estos beneficios salen justamente de los fondos que el Gobierno Nacional se resiste a coparticipar.
¿En una nación federal, qué derecho se arroga el Gobierno Nacional al financiar, por ejemplo, al grupo jujeño de Milagros Sala, cuyo accionar social se realiza en Jujuy, con fondos que, en realidad, debería manejar el gobierno provincial de Jujuy que es quien tiene la responsabilidad de la asistencia social en su propio territorio?
La respuesta la conocen todos, tanto los opositores como los mismos oficialistas, aunque éstos últimos no lo expliciten: se trata de debilitar el poder político de las provincias. El “modelo Kirchner” evidencia ser un “modelo” de sometimiento provincial que hiere profundamente la ética y el concepto federal que emana de la Constitución. Recordemos que los actuales programas de asistencia financiera están sujetos a la aprobación por parte del Gobierno nacional y, muchas veces, a retrasos en los pagos. La decisión de los Kirchner, positiva o negativa, sobre esta asistencia, me transporta a la imagen del emperador romano en el Coliseo cuando apuntaba el pulgar de su mano derecha hacia arriba o hacia abajo, según fuera su criterio personal en ese momento, decidiendo sobre la vida de otras personas.

La Nación acapara los impuestos de mayor recaudación (4) y compra voluntades provinciales en perjuicio de las mismas provincias. Desde una fachada nacional, controla la economía de todo el país. Juan Bautista Alberdi hacía referencia a esto con mucha ironía cuando en 1862 decía “(…) (siempre) dueña del poder, Buenos Aires no quiso federalizarse ni desprenderse de su capital (ciudad), ni tampoco se avino a permitir que los negocios nacionales fueran manejados desde otro sitio (…)”.

Esto sucedía en 1862. Y sigue sucediendo en el año 2010…

Referencias:

(1) En enero de 1817, en solo 34 días, superando alturas de más de 5.000 metros y soportando en la noche temperaturas de hasta 20 grados bajo cero, un enorme ejército al mando del General argentino José de San Martín cruzó la Cordillera de los Andes con la intención de vencer a las fuerzas españolas. El plan estratégico de San Martín es considerado una genialidad para su época: impulsó la creencia de que iba a cruzar la cordillera en dirección a Perú, y lo modificó para liberar previamente a Chile. Además, logró dividir la defensa de las fuerzas españolas amagando traspasar la Cordillera de los Andes por muchos más pasos de lo que en definitiva utilizó obligando, de esta manera, a que los españoles tuvieran que cubrir con sus fuerzas la salida de todos esos lugares a la vez.

(2) Fuente: abeceb sobre datos de MECON (Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación)

(3) En, términos monetarios puros, con la propuesta de coparticipar el 100% del impuesto y sin modificar la detracción del 15% para la seguridad social (que ya no tiene basamento ético ni jurídico desde la desaparición de las AFJP), el 15% del impuesto que reciben actualmente las provincias se convertiría en un 50%. De no proponerse cambios adicionales en cuanto a la distribución secundaria, dicha suma se repartiría entre las provincias de acuerdo con los coeficientes delineados por la Ley de Coparticipación.

(4) Los impuestos nacionales son: 1. Impuesto a las ganancias de personas físicas; 2. Impuesto a las ganancias de sociedades; 3. Impuesto a la renta mínima presunta; 4. Impuesto originado en la prohibición de ajustes de Estados Contables por efecto de inflación; 5. Impuesto por ajustes en precios de transferencias; 6. Derechos de exportación; 7. Retenciones por exportaciones agrícolas; 8. Derechos de importación; 9. Tasas de aduana; 10. IVA importación; 11. Tasa de estadística; 12. Impuesto al monotributo; 13. Retenciones sobre salarios para ANSES: 14. Retenciones sobre salarios para PAMI; 15. Expropiación cuota ahorro jubilatorio ex.-AFJP; 16. Contribuciones patronales para ANSES; 17. Contribuciones patronales para PAMI; 18. Contribuciones para asignaciones familiares; 19. Cargo por previsión de despidos laborales simples; 20. Cargo por previsión de doble indemnización; 21. Cargo por previsión riesgo de accidentes de trabajo; 22. Aportes para Fondos de desempleo gremial; 23. Impuesto sobre fletes internacionales; 24. Impuesto a la transferencia de inmuebles; 25. Impuesto sobre débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque); 26. IVA sobre servicios al 27 %; 27. IVA sobre compras al 21 %; 28. IVA sobre compras al 10,5 %; 29. Impuesto sobre gas y combustibles líquidos; 30. Tasa de kerosene, gas-oil y diesel-oil; 31. Impuestos internos; 32. Impuesto adicional de emergencia cigarrillos; 33. Impuesto a compra-venta de acciones; 34. Impuesto adquisición de automóviles nuevos; 35. Impuesto a premios de juegos de azar; 36. Impuesto del CONFER, radio y televisión; 37. Impuesto ITC transferencia combustibles; 38. Impuesto a los bienes personales; 39. Cargo por sobre-consumo de gas y electricidad; 40. Impuesto sobre peajes de autopistas; 41. Impuesto sobre rentas financieras (proyectado); 42. Impuesto a la riqueza. Se aplica a los autos de más de $70.000 (11% sobre el monto total).; 43. Impuesto para la Agencia de Emergencia Vial. Se creó a principios de 2008, ante la gran cantidad de accidentes en las rutas, y se financia con un 1% adicional al Impuesto Automotor; 44. Impuestos Internos especiales del 26% y aumento del IVA del 10,5 al 21% gravando los productos electrónicos.



(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo por gentileza de su autor Enrico Udenio, asesor económico y especialista en comercio exterior, se ha desempeñado como empresario comercial e industrial desde 1965. De nacionalidad italiana, arribó a la Argentina, país en el cual reside, siendo niño. Sus compañías en Argentina y en el exterior desarrollaron diversos proyectos comerciales e industriales, algunos de ellos muy conocidos, como fue el caso de la radicación de Honda Motor en el país. A principios de la década del ’90 cerró todas sus empresas para dedicarse al asesoramiento, la docencia y la investigación en política y economía. Autor, en 1981 de los libros "Corazón de Derecha Discurso de Izquierda" y “Diario de un Divorciado”. En cuanto a su postura ideológica, se define a sí mismo como un pragmático independiente, comprometido con la filosofía holística y el construccionismo histórico como forma de mirar a la realidad.

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