DISPAREN SOBRE COBOS
Por Malú Kikuchi
En 1960, François Truffaut, paradigma de la “nouvelle vague” del cine francés, dirigió un recordado filme con Charles Aznavour, titulado, “Disparen sobre el pianista”. Sucedía en Francia, y casi todos los personajes querían matar al protagonista.
Hoy, 2010, en la Argentina real y muy lejos del glamour cinematográfico de la nueva ola, parece que casi todos quieren disparar sobre el vicepresidente de la nación. La consigna del ejecutivo y sus fieles seguidores es: disparen sobre Cobos.
Es más, desde el “voto no positivo” de la 125, se diría que los argentinos pertenecientes al FPV han cambiado de deporte nacional; ya no es el futbol lo que los apasiona, hoy el deporte nacional pasa por insultar a Cobos y exigirle que renuncie.
Más allá de maldecir en toda ocasión la pésima idea que tuvieron los K de llevarlo a Cobos en la fórmula presidencial -eran los tiempos de la transversalidad-, el injuriómetro (perdón por el neologismo) nacional se sobrepasa a sí mismo en cuanto se refiere al vicepresidente de la nación.
A Usted puede gustarle o no Julio César Cleto Cobos, ingeniero, ex gobernador de la provincia de Mendoza por la UCR, aliado K en su momento, separado del partido radical en su momento, hoy en suspenso, pero fue elegido por el 46% de los argentinos para ocupar la vicepresidencia del país.
Usted, como algunos radicales y otros que no lo son, puede considerar que al aliarse con los K, traicionó a su partido. Usted puede estar convencido que al votar contra una directiva de la presidente de la nación, siendo vicepresidente, cometió una traición. Usted tiene todo el derecho del mundo para pensar así. Pero…
Lo que no admite discusión es que fue elegido para cumplir a lo largo de 4 años su rol de vicepresidente de la nación y de presidente de la cámara de senadores. Le guste a quien le guste y le moleste a quien le moleste. Las cosas son como son.
El ejecutivo, maniobrando con extrema habilidad frente a un arco opositor débil a raíz de sus infinitas divisiones, se las arregló para paralizar el congreso en las dos cámaras. Sesionar era imposible.
Finalmente, en parte gracias a la solicitada de Cobos intimando a los senadores a presentarse el miércoles pasado en el recinto (como debe ser ya que es un trabajo y se les paga por hacerlo), y en parte gracias al enorme coraje cívico de la senadora FPV por Formosa, Adriana Bortolozzi, hubo quórum.
Se pudo sesionar. Menem se abstuvo en el tema Marcó del Pont al frente del *BCRA y se fue antes del tratamiento de la coparticipación del impuesto al cheque. ¿Por qué? ¡Qué pena!
La ley del impuesto al cheque, fue una creación de Cavallo a fines del 2001 (los bancos debían retener el 0,6% de cada cheque y todo importe mayor a $1.000 debía ser abonado mediante cheques), que le aseguraba a la nación una buena entrada sin coparticipar a las provincias.
La ley fue reformada en 2006 y se fijó una coparticipación del 30% para las provincias. El congreso todavía le debe a las provincias y a la nación una ley de coparticipación federal desde 1996.
Por 35 votos a 33, salió con media sanción del senado, la coparticipación plena de la ley del cheque. Esto en principio, le restaría unos $10.000 millones anuales a la nación que se repartirían entre las provincias.
El ejecutivo puso el grito en el cielo. Hay que admitir que tuvo un miércoles negro. En diputados le anularon el DNU* que permitía el uso de reservas del BCRA* para pagar servicios de la deuda y en el senado le achicaron la caja en $10.000 millones. Un miércoles trágico para los K.
Es entonces que el kirchnerismo descubre la existencia de algo llamado *CN. Y saca a relucir el artículo 75, incisos 2 y 3 y dice que la media sanción es anticonstitucional y por lo tanto, nula. Que el presidente del senado no puede enviar esa inexistente media sanción a diputados.
En cuanto a la constitucionalidad o no de la media sanción, si esta exigía mayoría absoluta (37 votos sobre 72) o bastaba una mayoría simple, en este caso 35 a 33, es materia opinable para los expertos constitucionalistas, aunque los más, todos ellos prestigiosos, se inclinan por la mayoría simple.
Que si se puede cuando se trata de darle dinero a las provincias y no se puede si se trata de sacárselo; si sólo cambiaron un artículo de la ley del cheque (que no debería existir); si para que fuera constitucional evitaron hablar de los municipios, si y si y si… Sea como fuere, la culpa, una culpa valuada en $10,000 millones menos para el ejecutivo, es de Cobos.
Desde la 125 le exigen a Cobos que renuncie, y el aguanta, que no debe ser fácil con los K enfrente y en contra, tratando de hacer equilibrio entre su función (por elección popular) y su pensamiento.
Ahora, además de traidor, término al que ya debe estar acostumbrado, Randazzo dice que no cumple con la CN, Cristina le adjudica que viola la CN y que trabaja de “croupier”. A Pichetto y a Rossi se les acabaron los insultos. Entonces, ¡bingo!, aparece Moyano.
El hombre fuerte de la CGT le dice “usurpador”, agregando a continuación: “yo no lo voté para esto”. Cobos no usurpa nada, lo eligieron. Entre los que lo votaron está Moyano. A confesión de partes, relevo de pruebas.
Evidentemente, Cobos está de turno. Y parece ser que es el responsable de todos los males de Argentina.
¿Será responsable de los desaparecidos dineros de Santa Cruz, de SKANSKA, de las facturas truchas, de los negocios de Jaime, de los casinos de López, del incremento patrimonial de los K (576% en 6 años), del aumento de la droga, de la inseguridad, de la inflación…?
El chivo emisario es una figura bíblica que carga con los pecados del pueblo y al que se lo sacrifica para purificar a los pecadores. El ejecutivo ha encontrado su chivo emisario: se llama Cobos.
Hoy, es popular y está de moda en el FPV, insultar a Cobos; pero no es gratis, nada es gratis. Y menos en política.
*BCRA: Banco Central de la República Argentina
*DNU: Decreto de Necesidad y Urgencia
*CN: Constitución Nacional
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