TOQUE DE ATENCIÓN

La Nueva Provincia - 20-Abr-10 - Opinión

http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/20/04/2010/a4k040.html

EDITORIAL
Llamado de atención de Rusia

EN OCASION de la reciente visita al país del presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, quedó en evidencia el malestar existente en aquel país por la irregular provisión de carne vacuna desde la Argentina. Cabe recordar que Rusia se había constituido, en los últimos años, en el principal comprador del producto en nuestro medio, razón por la cual es comprensible la preocupación de aquellas autoridades por el impacto de las medidas tomadas por el gobierno nacional en cuanto al cierre de las exportaciones de carne.

SI BIEN el mandatario visitante guardó las formas cuando se refirió al problema, uno de los miembros de su comitiva, Sergei Dankvert, jefe del Servicio de Control Sanitario, fue claro: "Los importadores de carne no pueden depender de decisiones gubernamentales. Si hay restricciones, entonces Rusia se ve obligada a buscar otros mercados. Podemos invertir en la Argentina, pero si ustedes van a restringir exportaciones, el negocio ruso no vendrá a la Argentina".

NO SE LE podía pedir al funcionario ruso mayor contundencia en sus afirmaciones. La Argentina no puede pretender mantener un mercado de tanta significación como Rusia si no cumple rigurosamente sus compromisos. Darse ese lujo es lo mismo que entregar en bandeja el negocio a otros proveedores. Es lo que ha ocurrido, después de todo, en los últimos tiempos, cuando hasta países vecinos, entre ellos Uruguay y Brasil, han podido disfrutar de operaciones que, en primera instancia, eran poco menos que exclusivos de la Argentina.

PERO LAS políticas oficiales instrumentadas en estos años, basadas en buena parte en razones ideológicas que distancian al gobierno de la producción agropecuaria (históricamente vital para la economía nacional), terminaron por desacreditar a nuestro país en los principales mercados del exterior. Así como resignamos terreno en materia de carne vacuna, también descuidamos al mayor comprador de trigo, como ha sido Brasil. Este cultivo, que durante muchas décadas fue la bandera argentina en los escenarios internacionales, ha perdido gravitación debido a decisiones confusas, erráticas y en última instancia negativas para el sostenimiento de un área de siembra en llamativa caída. Por eso es que, hoy, las entidades del agro están reclamando una urgente normalización de las ventas trigueras. De ello dependerá la actitud de cientos de agricultores de la zona de influencia de Bahía Blanca, quienes estarían dispuestos a aprovechar las mejores condiciones de suelo, gracias a las lluvias del primer trimestre del año, siempre que se garantice que podrán vender su mercadería. Caso contrario, se habrá perdido otro año en una zona altamente castigada, a tal punto que de la asamblea gremial convocada para el 3 de mayo en Coronel Pringles podrían emerger resoluciones firmes a los efectos de exigir un cambio de rumbo en la política agropecuaria.

LAS EXPRESIONES del aludido funcionario ruso debieran ser asimiladas por nuestras autoridades como para reflexionar y modificar conductas. La carne y el trigo no merecen soportar el castigo a que se han visto sometidos durante la actual y la anterior administración de gobierno. La tradición agropecuaria argentina indica que el camino elegido es el incorrecto. Siempre hay tiempo para cambiar.