RETRASO CAMBIARIO

EL MODELO ECONÓMICO YA NO ES LO QUE ERA

El retraso cambiario ya es un problema grave


Por Guillermo Cherashny

Debido a sus inconsistencias, el llamado "modelo productivo kirchnerista", que promovía un tipo cambiario alto, ha dejado de existir. Ahora tenemos un nuevo modelo, que se caracteriza por un aumento excesivo del gasto público, una inflación del 30% y congelamiento de las tarifas y del tipo de cambio. Y ya lo están sufriendo los productores sojeros, que reciben por una tonelada la módica suma de 850 pesos, que apenas alcanza para cubrir los costos. A esta suma llegamos descontando las retenciones del 35% y otra retención que le hacen las cerealeras al productor. A su vez, la industria automotriz, gran motor del crecimiento actual, después del aumento de salarios del 25% para junio próximo, limitará las exportaciones a Brasil, que es el principal destino de las mismas. Éstas representan el 80% de la producción y el otro 20% lo compran los argentinos. De ahí las declaraciones de Cristiano Ratazzi y de José Ignacio de Mendiguren, que hablaron de un aumento del tipo cambio al igual que Eduardo Buzzi y Luis Biolcati. Es previsible que cada vez haya mayores voces denunciando esta situación explosiva, ya que el mes de abril viene con una inflación del 2,5%, lo que retrasaría mucho más el tipo de cambio. El kirchnerismo ha decidido congelarlo al igual que las tarifas, para que le explote en las narices al próximo gobierno. Pero como está jugando con fuego, la dolarización de los portafolios le puede estallar en sus caras a mitad o quizás a fines de año, como estalló la convertibilidad.

Estamos con déficit fiscal primario, retraso cambiario y tarifario y una inflación que puede superar el 30% anual, generando cada día más pobreza. Y lo peor es que los ingresos de asalariados y autónomos cada vez alcanzan menos y esto se traslada a la bronca de la gente contra el gobierno. Como -al menos en teoría- todavía falta una eternidad para las internas abiertas, simultáneas y obligatorias, todo hace pensar que la bomba de tiempo puede explotar antes del calendario electoral. Y lo hará en la cara de los Kirchner, como ya pasó con tantos gobiernos.