LOS PONCIO PILATOS
LA AUSENCIA DEL INTÉRPRETE FINAL DE LA CONSTITUCIÓN
La corte de Poncio Pilatos
Por Guillermo Cherashny
Hace años que desde muchos sectores políticos del país se elogia la nueva composición de la Corte Suprema. Pero hasta ahora no se destacó por la capacidad de sus miembros. No hay dudas en cuanto a la trayectoria, antecedentes y prestigio de los ministros de la Corte. Pero en lo que hace a sus fallos, brillan por su ausencia, especialmente cuando se trata de limitar a un gobierno que, a diferencia de todos los que surgieron del 83 hasta ahora, se caracteriza por las constantes violaciones al orden constitucional, como por ejemplo, la destitución en la provincia de Santa Cruz del Procurador Eduardo Sosa. Hasta el día de hoy, pese a tres intimaciones de la Corte Suprema, el gobernador Daniel Peralta se niega a cumplir y aquel tribunal no lo denuncia por desobediencia.
La oposición quiere modificar la ley que reglamenta los DNU, a la cual considera inconstitucional, al igual que la actual ley del Consejo de la Magistratura y el centralismo recaudatorio. Pero cada vez que los opositores acudieron ante la justicia en las cuestiones antes mencionadas, sus expedientes terminaron descansando en un cajón del alto tribunal, que sostiene que todo lo debe resolver la política, es decir, el Congreso. Pero hete aquí que el oficialismo no quiere que se les modifique una coma de estas violaciones constitucionales. Desde que estudiamos derecho nos enseñaron que la Corte es el último intérprete de la ley.
En los Estados Unidos, cuya constitución es nuestro modelo, se dice "que la ley es lo que la justicia dice que es ley". Y así debería ser en nuestro país, pero la Corte Suprema, como dijimos, en todos los casos se lava las manos como Poncio Pilatos. Ante un gobierno que no respeta ninguna ley o modifica las leyes a través de decretos, nadie dice si es constitucional o no. Se trata de cuestiones que la Corte Suprema tiene que definir. Esto nos hace pensar que la Corte también puede llegar a lavarse las manos en el recurso de Felipe y Marcela Noble, a quienes, por un rigorismo formal, la Cámara de Casación los quieren mandar a la fuerza a comparar sus ADN en un Banco de Datos Genéticos de dudosa transparencia. Hay indicios de que la Corte rechazará el recurso por el mismo rigorismo formal.
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