LE ESCAPÓ A AZAFATO ?

El País (Uruguay) - 05-Abr-09 - Opinión

Internacional
La otra orilla
Cristina en Doha

por Julia Rodríguez Larreta
Como no son muchas las oportunidades de elogio para con Cristina Kirchner, vale la pena entonces, destacar su actuación en la reciente reunión en Doha, aunque no hayan quedado del todo claras sus motivaciones.

A la reunión de la Liga Árabe, que terminó antes de lo previsto, acudieron 22 países árabes, pero hubo notorias ausencias. Ni Egipto, ni Argelia, ni Marruecos, ni Omán, se hicieron presentes, quedando en evidencia las divisiones existentes entre ellos. Inclusive las hay entre los allí presentes, respecto de la ofensiva militar israelí en diciembre y enero. Irán, Siria y Qatar apoyan a los islamitas de Hamas que controlan Gaza, mientras Arabia Saudita y Egipto respaldan al presidente palestino Abbas, jefe de Al Fatah, que gobierna Palestina.

Entre los allí reunidos, quien se hizo notar con uno de sus típicos discursos diciendo pestes de Bush, fue Chávez, para fundamentar su sostén al dictador sudanés, Omar Al Bashir, quien es requerido por la Corte Penal Internacional a instancias de su fiscal general, el argentino Luis Moreno Ocampo. Está acusado de crímenes contra la humanidad, por las atrocidades cometidas en Darfur y de repente, cuando el siniestro personaje se presentó en la sala, la Presidente de Argentina se retiró y tampoco fue parte de la clásica fotografía.

Es cierto que no es la primera vez, que Cristina tiene problemas con eso de las fotos, pues en ese instante preciso suele no estar y llega tarde. Desde la Casa Rosada trascendió que el motivo fue dejar de manifiesto su rechazo a Al Bachir, en consonancia con la política de defensa de los derechos humanos que promueve su gobierno, si bien al Canciller Taiana se le notó algo confuso al referirse al episodio. Pero más vale apostar a que la Sra. Presidente optó sabiamente, por no sumarse al coro de Hugo Chávez y los señores de las largas túnicas.

Y conste que hablamos de la Presidente, si bien ella exige que la llamen Presidenta, porque en español existen los participios activos como derivados verbales. Así que de atacar proviene atacante, de cantar , cantante y el participio activo de ser es ente. El que es, el ente. Cuando se nombra a la persona que denota capacidad para ejercer la acción que expresa el verbo, se agrega al final, esa terminación. Quien preside es presidente. Se dice capilla ardiente y no ardienta. ¿Porque como sonaría, por ejemplo? "La presidenta era una estudianta adolescenta, sufrienta y poco pacienta, que quería ser eleganta, para que la nombraran representanta y llegar a ser integranta independienta de la Asamblea Constituyenta."

Chanzas gramaticales aparte, una noticia que impactó fuerte esta semana en el ámbito industrial, fue el acuerdo alcanzado entre el Presidente del banco Central Argentino Martín Redrado con su par chino Zhou Xiaochuan, de un intercambio de monedas. Mientras el sector de los comerciantes y los exportadores quedaron encantados, porque piensan que así se facilitarán las transacciones, sin tener que pasar por la divisa norteamericana, la Unión Industrial Argentina, UIA, hizo conocer su inquietud ante la posibilidad de una avalancha de productos chinos que podrían inundar el mercado. Aún cuando China representa apenas un pequeño porcentaje del comercio total de la Argentina, menos del 12%. Pero las cifras resultan un tanto sorprendentes, ya que el gobierno argentino ha dicho que las ventas a ese país representan US$ 7000 millones y el Embajador chino en Argentina, por su parte, habló de un monto de US$ 9000 millones, una diferencia bastante considerable.

Tanto Redrado, como la Secretaria de Comercio, Déborah Giorgi, intentaron tranquilizar a los industriales, aclarando que se trata de una operación de tipo financiero, un swap. Intercambio entre los bancos centrales que no tiene nada que ver con lo hecho con Brasil, (la eliminación del dólar como moneda de intercambio) y también dijo que por ahora, Argentina no necesita usarlo. El alerta continúa, sin embargo y si a Redrado le preocupaba la suba interna del dólar por la desconfianza con el peso, ésta no cesó con el anuncio del supuesto fortalecimiento de reservas.


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