EL JUEGO DE LA PERMANENCIA
El juego de la permanencia
Con la Teoría del Despegue, nace el Torneo superador del histórico "Tweety Carrario".
El juego de la permanenciaescribe Carolina Mantegari
Editora del AsísCultural,
especial para JorgeAsísDigital
Ante la implosión del poder declinante, suele intensificarse el inteligente juego de la permanencia. Se lo percibe con incómoda claridad, entre los políticos y -sobre todo- los comunicadores. Los periodistas de marca, con imagen y firma.
Para permanecer, inalterablemente vigentes, resulta prioritario -según inspiración del Portal-, el estricto conocimiento de algunos secretos.
Derivan en claves que permiten establecer el marco teórico.
Marco teórico
Rige, en principio, la regla básicamente liminar. Se eleva aquí como la Cláusula del Despegue. Indica:
“Nunca hay que quedarse pegado al régimen que cesa”.
Despegarse implica, por lo tanto, el primer desafío. Encarados por los astutos. Profesionales que adhieran al entusiasmo de la lícita continuidad.
Los gobiernos, invariablemente, cesan cercados por los escándalos.
El ciclo de los Kirchner dista de caracterizarse por su originalidad.
La magnitud de los desbordes. El infaltable desprestigio que los deslegitima. Para legitimar, en definitiva, el distanciamiento inexorable de la sociedad. La reconciliación emerge como un espejismo.
La dinámica de funcionamiento, para la conquista de la permanencia, propone entonces una lógica perversa. La aplicación de la misma prueba -y comprueba-, si el protagonista, verdaderamente, se encuentra en condiciones de permanecer. O merece diluirse. Pegado a lo que cesa. Sin contención en el cambio.
El estado de dureza de la piel. La audacia ilimitada. La credibilidad. Son valores que signan la condecoración de la permanencia.
Claves del Juego
1) La Celebración.- La clave consiste en celebrar al gobernante, que llega a la administración del poder. Con el arrebato positivo del ímpetu. Con las encuestas estalladas de positivismo.
Regla para compartir. En coincidencia con el sector mayoritario de la sociedad, desde la cotidianeidad política y/o mediática. Es la instancia transitoria de la plenitud.
2) Distancia crítica.- La clave consiste en tomar, en cuanto comienza a perfilarse la severidad del desgaste, una paulatina distancia crítica.
Induce a la facilidad de la decepción.
Trátase, acaso, de la regla fundamental. El Sujeto que aspira a la permanencia atraviesa, aquí, la instancia más sutil. Equivale al adiestramiento para el manejo de los tiempos. Alude al olfato que indica la aproximación hacia la “Cláusula del Despegue”.
3) La masacre.- El tercer paso requiere la sumatoria de la convicción y la firmeza en la toma de decisiones. Consiste en lanzarse frontalmente a masacrar al gobierno, considerado en insalvable desgracia.
Regla que brota, por lo general, cuando se asiste a la antesala de la pérdida del poder.
Al desprestigio del gobernante que se desmorona en las encuestas, estalladas de negatividad. Hasta destacarse como objeto colectivo de burlas.
Cuando la caída es perceptible, y se impone la concepción personal del “esto no da para más”.
Esta clave debe caracterizarse por la virulencia suficiente para atenuar -y sobre todo superar-, a los incautos que quedan siempre autoinhabilitados para participar de “El Juego de la Permanencia”.
Porque se tomaron en serio el juego, al oponerse desde el primer momento.
Obstinados y principistas, abstenerse.
Termómetros
Determinados protagonistas, a través del altibajo de sus posiciones, emergen como los termómetros reales. A los efectos de marcar la verdadera temperatura de una administración.
Por lo que se explica, El Juego de la Permanencia no es para aficionados.
Es para titanes capacitados para captar las vibraciones ambientales de la actualidad.
Asociados, favorablemente, a la fervorosa plenitud.
Pero artífices exclusivos de la desgracia.
En condiciones de ponerse en la ventanilla. Para lo que venga.
La virulencia de la postura final, la de la Regla de la Masacre, tiene que ser implacable. Debe borrar definitivamente el optimismo participativo del comienzo. De Regla de la Celebración.
Comportamiento útil para amortiguar la generosa apertura. La apuesta que permita la auténtica renovación de la esperanza. La que brota con el proceso inmediatamente posterior.
Para reiniciar, con la próxima Celebración, el juego. Y así sucesiva, eternamente.
Elegancia
Por elegancia democráticamente editorial, y a los efectos de no incidir electoralmente en el resultado, el marco teórico nos permite prescindir de la enumeración de los nombres propios.
Los cuales deben ser completados, abundantemente, por el lector.
El Soberano se encuentra entre los miles de visitantes diarios del Portal.
Los que voten por los seres, reconociblemente admirables, que hayan completado el periplo aquí descripto. Sintetizado desde la inicial Regla de la Celebración. Sucedida por la sustancial Regla de La Distancia Crítica. Anticipatoria de La Regla de La Masacre. O del último paso. Por la aniquilación que derive en el posicionamiento personal. Hacia lo que vendrá.
Tarea, reitérase, del juego para titanes. Para sobrevivientes gigantescos que merecen estar, siempre, en el primer plano.
Carolina Mantegari
para JorgeAsísDigital
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