ESCANDALOSA HIPOCRESIA
El título de esta nota a lo largo de los casi siete años del desgobierno de la nefasta dinastía kirchnerista, lo debo haber repetido no menos de una docena de veces. El número a continuación del título es la cantidad de veces, que recuerde fehacientemente haber empleado el mismo título.
¿Porque será?
Simplemente porque el discurso del matrimonio reinante no se compadece ni siquiera por aproximación a los hechos de su gobierno. Casi podríamos afirmar que lo que anuncian e informan, es diametralmente opuesto a lo que ejecutan en la realidad. Los discursos difieren de los hechos.
Siempre mentiras y falsedades verdaderamente obscenas y escandalosas.
Es ampliamente conocido que este gobierno es conflictivo y confrontativo. Su forma de gobernar es doblegar o anular las resistencias de aquellos que no concuerdan o no se someten a la voluntad del Ejecutivo. Recordemos la famosa frase del ex presidente en el conflicto con el campo: “quiero verlos de rodillas”.
Entre los numerosos frentes que el gobierno ha abierto en muchos sectores del quehacer nacional, uno de los permanentes que se viene arrastrando desde ya hace mucho tiempo, es con los medios en general y con el grupo “Clarín” en particular.
La libertad de prensa, la posibilidad de decir lo que uno piensa o siente ante una determinada situación o hecho, es la piedra basal y probablemente la expresión más genuina de un sistema democrático.
Sin embargo como en todo gobierno autoritario, para Kirchner constituye un verdadero escollo para sus planes hegemónicos y la consolidación de su poder político.
El permanente hostigamiento contra el mutimedios “Clarín” es casi una constante, de conocimiento público, pero que adquirió ribetes insólitos e inusuales el día viernes pasado, cuando más de 200 inspectores de la AFIP se agolparon frente a las oficinas del periódico y de los domicilios particulares de los algunos directivos de la empresa, para iniciar un operativo de control fiscal.
Nadie de la AFIP ni del gobierno se responsabilizó de esta acción. ¿¿??
Paralelamente el kirchnerismo está tratando de imponer en el Parlamento en un tiempo record, la nueva ley de radiodifusión hecha a medida del gobierno, que le otorga enormes facilidades para controlar, dirigir o amordazar la prensa.
No trataremos en detalle estos graves hechos ya que los mismos son expuestos ampliamente en todos los medios y su crítica y rechazo abroqueló, prácticamente por primera vez, a casi todo el espectro político de la oposición y a otros sectores del quehacer nacional.
Lo que queremos destacar en este artículo es la tremenda contradicción entre los dichos y los hechos del gobierno.
Prácticamente en forma casi simultanea a los hechos relatados, Cristina Kirchner pronunció un discurso por la cadena nacional, en ocasión de la ceremonia de homenaje a los miembros de la CIDH a 30 años de su visita al país y manifestó explícitamente “que dudaba que haya habido otra etapa donde se haya podido hablar con mayor libertad que en la que le ha tocado gobernar en la República Argentina. Asimismo desafió a "cualquier archivo, cualquier memoria, cualquier prueba" a probar que su mandato no haya sido el de mayor "libertad para hablar de las autoridades del país".
Durante el discurso se la vio alterada ya que volvió a utilizar el molesto modismo de manotear los micrófonos y su rostro translucía el enojo y crispación que le es característico.
También tuvo otras expresiones desacertadas: repitió en dos oportunidades que ella era la primera presidenta mujer de la Argentina. Semánticamente tiene razón, pues ella fue realmente la primera presidenta… Isabel Perón fue la primera presidente.
¿Tal vez se habrá percatado tardíamente que lo que expresaba no coincidía en absoluto con los hechos que tenían lugar, precisamente en esos momentos, casi simultáneamente, con los relatados precedentemente?
No solo no coincidía, sino que constituía una desprolijidad y error mayúsculo hablar de libertad de expresión, cuando se buscaba imponer arbitrariamente una ley para amordazar los medios y se realizaba un megaoperativo de intimidación, no solo al grupo “Clarín” sino también a la Sociedad Rural Argentina (SRA)
En otra de sus partes expresó que "Prefiero mil millones de mentiras antes que cerrarle la boca a alguien". Este concepto es absolutamente cierto en una democracia, pero no es lo que le ocurre actualmente a ella. No debería expresar ni una sola mentira como lo hace ella en todos sus cada vez más frecuentes discursos, llevada por su irresistible verborrea y su afán de escucharse hablar.
Alguien de sus asesores debería informarle a la falsa Dra. que “en boca cerrada no entran moscas” y que su sola presencia en los medios genera un profunda irritación y rechazo.
Manifestaciones como la esta nota solo reflejan el total desparpajo, el grado de caradurismo político sin precedentes y la hipocresía sin límites de la mandataria, sino también una maniobra grotesca y torpe por lo absurdo y contradictorio.
11-09-09 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL alfredo@weinstabl.com.ar
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