OCURRE EN ARGENTINA

ESTO OCURRE UNICAMENTE EN NUESTRO PAÍS
(Otra patética paradoja de nuestra justicia)

No es secreto para nadie la filiación política e ideología de los que ejercen actualmente el poder en nuestro país. Son los mismos que casi treinta y cinco años atrás desataron el baño de sangre y fuego que enlutó a la Nación.
Pertenecían a diversas bandas terroristas que lo único que tenían en común fue el uso de la violencia criminal, la subversión y el terrorismo para el logro de sus fines.
Buscaban derrotar por la fuerza de las armas, las autoridades existentes y establecer una “Patria Socialista” de neto corte marxista–leninista al estilo de la Cuba de Fidel Castro. Muchos de sus cuadros fueron entrenados y adiestrados en Cuba, país que buscaba exportar e implantar su régimen político en toda Sudamérica.
Nuestro ex presidente Nestor Kirchner, militó, o por lo menos expresó en reiteradas oportunidades, su simpatía y apoyo a una de las organizaciones que sembraron esa violencia esquizofrénica y el terror, en una Nación tan pacífica como el que había sido la Argentina hasta ese entonces.
Pero también sabemos que todo lo que Kirchner dice son mentiras y falsedades.
Hace unos años atrás ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó con vehemencia el terrorismo. En aquel entonces manifestó textualmente que “..el terrorismo es una amenaza a la vida y a la dignidad humana, una afrenta a la conciencia civilizada de la humanidad y la Argentina considera todos los actos de terrorismo criminales e injustificables... porque no hay ninguna razón racial, religiosa ideológica o de cualquier otra naturaleza que pueda justificar el asesinato de civiles inocentes”.
No debemos llamarnos a engaño. La realidad es que Kirchner no tiene ideologías, valores ni posturas definidas en su vida. Es un pragmático y oportunista que simplemente acepta, adquiere o asume las posturas que le convienen personalmente para el logro de sus fines.
Toda esta sucinta introducción viene para poner de manifiesto otra patética paradoja que solo puede ocurrir en este país y en este gobierno lleno de contradicciones y absurdos.
Hace solo unos pocos días se cumplió un nuevo aniversario del asesinato del Coronel Raúl Juan Duarte Ardoy al intentar recuperar el Comando de Sanidad del Ejército, copado por integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) el 6 de septiembre de 1973, durante el gobierno constitucional de Raúl Lastiri.
Dos de los terroristas que participaron activamente en este copamiento, fueron Eduardo Anguita y Hernan Invernizzi.
Anguita encabezó el ataque al Comando, actualmente ocupa el cargo de Gerente de Canal 7, habiendo recibido, en 2006, una indemnización de 250.000 dólares.
Invernizzi, fue el soldado que traicionó a sus camaradas, facilitando el acceso subrepticio de los subversivos. Hoy se desempeña como Subsecretario de la Defensoría de Derechos Humanos en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para presentar mi duda de forma más clara la plantearé de la siguiente manera:
Una persona que perteneció al personal del Estado Argentino, en este caso un Coronel de la Nación, ofrenda su vida en cumplimiento de su responsabilidad como tal, muriendo en defensa de una dependencia del Estado de un cruento y artero ataque terrorista.
Por el otro lado dos terroristas involucrados en el grave hecho contra esa dependencia del Estado Argentino, viven no solo viven el libertad, sino que actualmente ocupan importantes cargos en el gobierno.
Hay algo que no cierra en la descripción expuesta. Algo no cierra en este planteo.
Pareciera que lo expuesto va contra la lógica y la racionalidad. Casi podría decirse que se trata de un error.
Sin embargo no es un error. Es la situación existente en el país de Kirchner. Es la justicia de este insólito gobierno. En otra nota se expuso sobre la insanía del matrimonio real. Pero no creemos en la insanía de los fiscales y jueces de la Nación. Más bien pensamos en que miran para otro lado para no asumir su responsabilidad referente a este absurda e injusta situación.
Los comprendemos, pero no lo justificamos: cuidan sus puestos y son temerosos de las represalias del déspota.
Si de los tres poderes del Estado fallan los tres: ¿de que democracia estamos hablando?

09-09-09 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar