DERRUMBE
LA IMAGEN DE LOS KIRCHNER SE SIGUE DERRUMBANDO
PESE A LAS OPERACIONES DE ACCIÓN PSICOLÓGICA
Por Guillermo Cherashny
A través de una operación de prensa montada desde el gobierno, se difundió que la imagen positiva del matrimonio Kirchner alcanzaría el 28%. La versión indicaba que era de Poliarquía, aunque nunca salió publicada, pero Sergio Berensztein desmintió los números referidos. También se habló de un trabajo de Ipsos-Mora y Araujo, que sería extenso y contradictorio.
Finalmente ayer, en su columna de Clarín, Eduardo van der Kooy señala que un encuestador oficial entregó una carpeta en la que la imagen del matrimonio presidencial estaría en el 17/18%, es decir, como en las peores épocas de la guerra con el campo.
Es cierto que la imagen positiva de la oposición se derrumbó, porque el 70% de la gente, que votó en contra del gobierno y está cansada y enojada con los K, creía que los opositores se podían nuclear en el Congreso en torno a 5 puntos comunes. Sin embargo, es evidente que hay monobloques que no resisten el apriete o los beneficios que el kirchnerismo les puede otorgar. Además, tanto Eduardo Fellner en la presidencia de la Cámara de Diputados como Miguel Ángel Pichetto en la jefatura del bloque del FpV -junto al santacruceño Nicolás Fernández- han demostrado un dominio de las picardías parlamentarias superior al de cualquier opositor. Así entramparon a los bloques opositores en un empate, facilitando la idea del gobierno de manejarse con DNU y vetos. Los dos últimos fallos de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, le abren al gobierno la puerta para seguir dictando DNU. Varios camaristas señalaron que hay desidia en el Congreso. Pero, en realidad, el oficialismo está haciendo "bilardismo", es decir, ensuciar la cancha y tirar la pelota afuera, ya que la ley que pretende el gobierno para el uso de reservas no pasa en diputados. El oficialismo de las dos cámaras, al no poder obtener la aprobación de un DNU o de una ley, lo que hace es impedir que la deroguen, con lo cual se produce un empate desgastante para los dos sectores que permite al ejecutivo gobernar por decreto o por veto.
Esta situación le permite al gobierno mantener el poder y gobernar como le parezca, pero el problema es que la alta inflación le está costando muy caro al gobierno, que pierde aceleradamente consenso en la opinión pública. Esto se traduce en que ningún Kirchner se puede presentar a las internas o a una elección directa y por ahora no quieren designar ningún sucesor, porque nunca trabajaron para alguien que no sea ellos. Así es que, cuando se habla de una eventual candidatura de Scioli, desde la Casa Rosada lo miran con desconfianza. Es que Néstor Kirchner cada vez se parece más al perro del hortelano.
Lo cierto es que la economía tiene una inflación núcleo del 1,7% mensual, mientras el dólar no se mueve, porque si lo hiciera se dispararía aún más. Seamos sensatos: esta situación de alta inflación que se desboca de esta manera no aguanta hasta octubre del 2011. En verdad, no se sabe cuándo, pero algo va a pasar.
(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Guillermo Cherashny por gentileza del Informador Público
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