CAMBIA EL MAPA
LA ELECCIÓN DEL 6 DE JUNIO DIVIDE LAS AGUAS
La interna de la UCR bonaerense cambiaría el mapa de la oposición
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Por Carlos Tórtora
La interna por la conducción de la UCR bonaerense el próximo 6 de junio puede rediseñar el mapa opositor en uno u otro sentido. La instalación mediática hace que los proyectos presidenciales de Julio Cobos y Ricardo Alfonsín estén en juego aunque ninguno de los dos sea candidato, mientras que los que sí disputan la conducción partidaria tengan un perfil bastante bajo. Tanto Miguel Bazze, por el alfonsinismo, como Eduardo Santín, por la alianza de la ex coordinadora, Gustavo Posse y el cobismo, funcionan casi como excusas de un juego mayor. Las repercusiones del resultado pueden alterar la trama de las alianzas opositoras. Si se impusiera la lista de Alfonsín, no sólo la precandidatura presidencial de éste sería un hecho, sino que crecería el protagonismo de Elisa Carrió como aliada de la UCR. Un panradicalismo con aires progresistas colisionaría con el nuevo espacio de centro-izquierda que intenta construir Pino Solanas desde Proyecto Sur y, desde ya, también con el GEN de Margarita Stolbizer. En el gobierno habría satisfacción, porque el avance de Alfonsín y Carrió empujaría a Ernesto Sanz y Gerardo Morales a tomar cada vez más distancia del Peronismo Federal y la UCR podría adoptar un perfil casi antiperonista. Felipe Solá, aliado de la jefa de la Coalición Cívica, sería la única figura peronista que se movería cómodo en ese ambiente.
Una confluencia ganadora
En cambio, si en Buenos Aires se imponen el cobismo y sus aliados, la candidatura del vicepresidente se afianzaría. Esto, a su vez, podría repercutir profundamente en el peronismo disidente. La afirmación de Cobos reactivaría las conversaciones reservadas de éste con Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez. ¿Con qué objeto? Algunas de las muchas combinaciones posibles son la fórmula Cobos-Chiche Duhalde con De Narváez-Stolbizer en Buenos Aires y Macri en Capital. Y si De Narváez obtuviera la habilitación judicial, se volvería a la vieja hipótesis de Cobos-De Narváez, una combinación que, por lo menos con las tendencias actuales, podría evitar la segunda vuelta. El escenario de la confluencia cobista-peronismo obsesionaría a los Kirchner, porque llegada al poder del PJ disidente implicaría su desplazamiento inmediato del control del PJ y hasta podrían sufrir una diáspora de sus legisladores. Está claro que el peronismo es constante en seguir a los triunfadores. De más está decir que, a más de un año de la interna abierta, ni Alfonsín ni Cobos quedarán excluidos de la carrera presidencial por lo que se vote en la interna radical bonaerense. Pero sí la misma será más que suficiente para marcar las tendencias.
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