ARDID DE TILINGA

Castellanos - 15-May-10 - Opinión

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Enfoque
Las palabras de la Presidente

por Ricardo Medrano
ricardo.g.medrano@hotmail.com

Ayer la Presidente volvió a usar los micrófonos para transmitir su mensaje de forma directa a la población, sin usar intermediarios molestos que distorsionen sus palabras o lo que es aún peor que formulen preguntas incómodas, de esas que descolocan o lo que es peor, de las que empujan a la mentira.

Después de haber usado esos mismos atriles para defenestrar a todos y cada uno de los productores agroindustriales, con tristemente célebres frases del calibre de "piquetes de la abundancia", o el haber llamado "yuyito" a la soja que bien le llenó las arcas, ahora vuelve sobre sus palabras, y reconoce, al menos públicamente, la enorme e incomparable contribución de todos esos hombres anónimos que trabajando y no hablando, generan las riquezas que este gobierno se encarga tan eficientemente de dilapidar.

En lo que parece ser a las claras un nuevo ardid político del matrimonio presidencial, se anunció el lanzamiento de un plan nacional estratégico para el sector agroindustrial, haciendo referencia a lo que todos los argentinos ya sabían y ella parece haber descubierto ayer: que el campo es el motor nacional por excelencia y si no anda el campo, no anda el país.

Lo que aún no pasa de ser una declaración de intenciones, ya que no se mencionó ninguna medida puntual y todo giró en torno a generalidades, despertó distintas posturas de los dirigentes agropecuarios, algunos están sutilmente esperanzados, mientras otros los más, están esperando algo más que palabras para el sector.

La mesa de enlace se ha reunido con las autoridades nacionales demasiadas veces para los magros resultados obtenidos, muchas fueron las ideas aportadas por los máximos conocedores de la realidad del campo, sistemáticamente ignoradas por los conocedores de la sinrazón, es por eso que este nuevo anuncio de la presidencia tiene todo el aspecto de no ser más que una cáscara vacía destinada a llenar titulares.

Desgraciadamente el único que sacará de dudas a la inmensa mayoría de los argentinos es el tiempo, será el paso del mismo el que nos mostrará si el cambio de actitud responde a un súbito ataque de sentido común, o en su defecto responde a necesidades puramente electorales ante la inminente llegada del 2011.

No sería la primera vez, ni será la última, que los Kirchner hacen uso de los atriles para decir lo que se quiere escuchar aunque no tengan ninguna intención de llevar sus palabras a los hechos. Mientras la presidente vociferaba sobre la necesidad de cimentar la producción y la exportación de alimentos, el secretario de comercio interior cerraba las fronteras a las importaciones.

Esta dislexia administrativa demuestra a las claras que la política es para el matrimonio una puesta en escena, no hay plan a largo plazo ni nada que se le parezca. Lo que hay es un escenario, un público y un telón, y hasta que este no baje, el show sigue.