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martes, 4 de mayo de 2010

AMENAZA KIRCHNERISTA


EL MENSAJE EN CLAVE DE UBERTI

Velada amenaza kirchnerista a Solá

Si el jefe del bloque peronista disidente apoya la investigación de las coimas, trascenderían pormenores del convenio PDVSA-Astilleros Río Santiago.


Por Alexis Di Capo

Los primeros síntomas de reacción del Congreso ante el escándalo de las coimas con Venezuela se produjeron en la Cámara de Diputados con la propuesta radical de crear una Comisión Investigadora e interpelar a Julio De Vido. Mientras tanto, los Kirchner están decididos a impedir que el Congreso se convierta en un tribunal político de la corrupción oficial. La historia de las comisiones investigadoras legislativas es altamente conflictiva y en general con escasos resultados prácticos. Pero lo que el gobierno teme es el importante daño político que significaría la condena de las cámaras en un clima de creciente deterioro de la imagen oficial.

Un mensaje mafioso

La contraofensiva oficial la inició el ex titular del OCCOVI y de la oficina de peaje argentino en Caracas, Claudio Uberti. Éste, el viernes pasado, en su declaración de 16 carillas ante Norberto Oyarbide, pidió que, entre otros muchos, se cite a prestar declaración a Felipe Solá. El actual presidente del bloque del Peronismo Federal es clave en el consenso opositor para forzar la conformación de una comisión investigadora sobre las coimas.

El pedido para que Solá declare se refiere a los acuerdos firmados con Venezuela para darle trabajo al astillero Río Santiago, que desde el 93 depende de la gobernación de la provincia. La síntesis del tema, publicada por La Nación el 4 de mayo del 2004, es la siguiente:

“ENSENADA.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció en un acto festivo realizado en esta ciudad junto a Néstor Kirchner que tiene la voluntad política para que su país le compre a la Argentina ocho buques tanqueros petroleros que permitirían reactivar a pleno el funcionamiento del Astillero Río Santiago, paralizado desde hace años. Las embarcaciones serían adquiridas por PDVSA, la empresa petrolera del Estado venezolano. El anuncio desató el delirio de unos 1500 trabajadores de la planta, que vivaron a Chávez.

De todos modos, el presidente Kirchner y su par precisaron que la operación no está aún concretada. La primera etapa, para la cual se firmará un convenio el 23 del actual, será la reparación y el mantenimiento de buques cargueros de PDVSA. Esa acta se suscribirá en la paradisíaca isla Margarita, durante una reunión en la que también se firmará el acta de creación de Petrosur, empresa de hidrocarburos compuesta por PDVSA y por Enarsa, la firma petrolera estatal argentina.

"Tenemos la voluntad política de construir los ocho buques en la Argentina. Pero todavía se deben hacer los estudios técnicos para verificar si existen las condiciones técnicas para ello", dijo Chávez a LA NACIÓN, al finalizar el acto, cuando aún estaba en el palco situado en plena planta naval. Previamente, Kirchner no ocultó su emoción y su euforia al anunciar: "Se pone en marcha un acuerdo muy importante", y al expresar su alegría de que Venezuela se incorporara al Mercosur. El acto fue acordado ayer mismo, sobre la marcha. En Puerto Iguazú, cuando expiraba la cumbre de presidentes del Mercosur, Kirchner y Chávez resolvieron llevar la noticia al astillero de Ensenada.

Clima de fiesta

La decisión forma parte de un acuerdo estratégico entre la Argentina y Venezuela: estos convenios se suman a la incorporación de Venezuela al Mercosur, al lanzamiento de Petrosur y de un canal televisivo estatal mixto.

Se respiraba en la planta un clima de anuncios épicos. El Astillero Río Santiago es un símbolo de la industria naval nacional, que ocupa hoy a 2300 empleados, pero cuya capacidad instalada potencial es de 9000 trabajadores. El encargo de ocho buques, como los que necesita PDVSA para transportar su petróleo, significaría un contrato de entre 400 y 600 millones de dólares. La construcción demandaría unos seis años, durante los cuales la planta funcionaría a pleno.

Según el gerente de Calidad del astillero, Ángel Cadelli, se trata de barcos estilo Panamax, de 60 toneladas; 23.000 caballos de fuerza; 230 metros de largo, y 33 de ancho, los que le permitirían a PDVSA llegar a los mercados de Medio Oriente para no depender exclusivamente de las compras de los Estados Unidos.

Según los técnicos argentinos, el Astillero Río Santiago tiene antecedentes en la fabricación de esos modelos. Supo construir antaño los buques Ingeniero Huergo e Ingeniero Silveira para la ex YPF.

Los trabajadores del astillero reclamaban además dos leyes que están en estudio en el Congreso: una crearía un fondo de desarrollo naval; la otra regularía el mercado interno de transporte naval para buques nacionales.

"Estados Unidos critica a Chávez, pero le fabrica los barcos. Ellos tienen intereses y hacen el negocio; nosotros tenemos que hacer el negocio", dijo a bordo del Tango 01 una altísima fuente del Gobierno, mientras Kirchner y Chávez compartían el sorpresivo viaje hacia Buenos Aires.

Horas más tarde, el líder venezolano ratificó a ese funcionario. "PDVSA tiene 5000 millones de dólares para invertir en tanqueros. En vez de que digan “made in Houston”, quiero que digan “hecho en la Argentina”", dijo Chávez, quien despertó la algarabía general de los trabajadores navales. "¡Aquí se pueden hacer! ¡Ustedes lo pueden hacer!", agregó.

Anuncio

En el palco aplaudían con fervor el mismo Kirchner; el gobernador bonaerense, Felipe Solá; los ministros del Interior, Aníbal Fernández y de Planificación, Julio De Vido. Previamente, el líder venezolano había anunciado: "El 20 o el 25 por ciento de los bienes y servicios que Venezuela importa de los Estados Unidos, como válvulas o tuberías, deben venir de la Argentina". Y añadió: "¿Qué tiene el pueblo norteamericano que no tenga el pueblo argentino?". No obstante, expresó su respeto al "pueblo norteamericano", pero acusó al gobierno del presidente George W. Bush de pretender un dominio sobre otros países en vías de desarrollo.

Sobre el cumplimiento de estos acuerdos hay pocas noticias. Una de ellas consigna, a fines del año pasado, que el primer buque de 47.000 toneladas pedido por el gobierno venezolano.

Bautizado “Eva Perón”, es para la empresa PDVSA y ya está casi está listo el 25 por ciento. Esta construcción valuada en 54 millones de dólares es una de las cartas fuertes del astillero. El primer contrato firmado con Hugo Chávez, que visitó Río Santiago en tres oportunidades, contempla la construcción de dos buques con opción a dos más. Por eso por estos días y hasta septiembre del 2010 en que se hará la primera entrega, el astillero parece un hormiguero, todos desbordan de alegría. No olvidan las duras épocas donde casi no entraban trabajos y no era fácil llegar a fin de mes. Aparentemente, en el acuerdo habría entrado la construcción de media docena de barcos “supplay”, es decir para el aprovisionamiento de flotas.

Brasil se adelantó

Lo cierto, y como suele ocurrir, es que Brasil firmó un acuerdo similar con Venezuela, sólo que lo cumplió más rápido, porque el 5 de noviembre pasado trascendió que PDVSA lanzó al mar su primera embarcación construida en Brasil, la cual bautizó con el nombre de Abreu y Lima, mismo nombre de la Refinería que se construye en el estado de Pernambuco.

La embarcación, construida en la Isla del Gobernador, en Río de Janeiro, tiene 182 metros de largo y capacidad para transportar 340 mil barriles de derivados del petróleo y será usado en la Refinería Abreu y Lima, que edifican Petróleos de Brasil (PETROBRAS) y PDVSA.

Un reporte de la estatal Agencia Brasil desde el balneario carioca indica que el barco integra el plan de renovación de la flota de la compañía venezolana, que prevé inversiones por unos 130 mil millones de dólares en el sector energético, entre prospección, producción, refinación y distribución en los próximos cinco años.

Incógnitas

No existe -por el momento- información sobre “comisiones” cobradas en el marco del convenio PDVSA-Rio Santiago, ni tampoco sobre la existencia de firmas intermediarias, como por ejemplo Palmat o Madero Trading. Sí se sabe que el seguimiento del convenio quedó directamente en manos de Julio De Vido. No obstante que los interrogantes están abiertos, el mensaje que Kirchner le hizo llegar a Solá a través de las declaraciones de Uberti es bastante claro. El ahora precandidato presidencial del Peronismo Federal debería hacer que su bloque no lleve la iniciativa de crear comisiones que investiguen los negocios con Venezuela, para evitar que Uberti y otros aporten a la justicia ciertos detalles sobre el convenio PDVSA-Astillero Río Santiago. Basada o no en hechos reales, la tentativa de chantaje del kirchnerismo, en principio y por lo menos hasta ahora, estaría dando resultados. Los jefes de las bancadas de la UCR, Oscar Aguad, y la Coalición Cívica, Elisa Carrió, ya se pronunciaron sobre la necesidad de investigar las denuncias de coimas, pero Solá todavía no dijo una palabra sobre el tema. La mancha del escándalo, de un modo u otro, parece extenderse como el derrame del Golfo de México, y además de contaminar al oficialismo podría extenderse hasta algunos opositores.

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