CASI 7 AÑOS
Hace casi siete años...
Interesante análisis de Alejandro Olmedo Zumarán que
nos dice lo siguiente:
Hace casi siete años cuando se instaló en la Argentina el régimen gobernante, supimos que esto sería muy negativo para el país y todos los argentinos exceptuando a una minoría que siempre se asocia a los gobernantes de turno para beneficiarse económicamente, empobreciendo aún más a los millones de pobres que no dejan de ser los grandes olvidados
Un gobernante que asume con un activo de 530 millones de dólares provenientes de la provincia que gobernó y de los cuales no puede brindar ninguna explicación, que está desacreditado mayoritariamente en la misma donde gobernó durante una década, en la cual nunca habló una sola palabra sobre los desaparecidos y las víctimas de los militares y de pronto utiliza este mensaje para asociarse a grupos marginales creando una sociedad que no tiene nada que ver con la defensa de los derechos humanos sino con la acumulación de poder para una de las partes y para la otra la acumulación de medios, dinero, universidades para consumar su venganza y hasta la disposición de los dineros públicos para la realización de supuestas obras para los más pobres no puede desembocar en otra cosa que no sea una tragedia.
Muchos pragmáticos sostienen que la economía está bien y que el país ha crecido, que no hay déficit y que la tragedia no ha llegado ni llegará. En primer lugar todas las cifras y datos han sido adulterados y en segundo no comprenden que el éxito de una gestión no tiene que ver con el progreso económico solamente, sino con la calidad institucional que tiene una Nación y esto engloba a los distintos poderes que la componen y su inviolable independencia, combinado esto con instituciones serias que garanticen el acceso a la información de los ciudadanos, la libertad de prensa y de expresión, la igualdad de todos ante la ley, en fin todo lo que hace a un Estado de derecho.
Basta de ejemplo lo sucedido con los nombramientos en la Corte Suprema un éxito que gran parte de la sociedad le atribuye a la gestión actual, olvidando que uno de sus miembros fue nombrado a pesar de haber omitido declarar bienes de su patrimonio en su declaración jurada. Un ex presidente está siendo juzgado por omitir en su declaración jurada que poseía una cuenta en Suiza en cambio a este señor lo nombran en la Corte y todos celebran la formación de la Gran Corte Suprema independiente e idónea.
En estos años ha sucedido todo lo contrario a lo que ocurre en una democracia plena. La división de poderes ha brillado por su ausencia, la libertad de prensa y de expresión se ha ido coartando en forma alarmante llegando a niveles nunca vistos en democracia, las instituciones no dan garantías de nada, el acceso a la información pública es denegado siendo patrimonio de quienes manejan los hilos del poder, pero como si todo esto no fuera gravísimo intentan anteponer un inexistente progreso económico difundido por organismos desmantelados de gente proba. Asimismo han brindado millones de pesos a «Caciques» para que discrecionalmente repartan según su leal saber y entender entre los más pobres quienes son presionados y obligados a concurrir a marchas oficiales, a votar según lo que estos jefes les indiquen y todo esto por migajas ya que el dinero grande lo guardan para quién sabe que fin.
La Argentina ha sufrido una degradación sistemática y quienes lo anunciamos fuimos tildados de exagerados y fatalistas aunque el tiempo nos ha dado la razón. No olvidemos la droga y la libre circulación que han logrado en estos últimos años los grandes traficantes, a pesar de los dichos oficiales que aseguran que la lucha contra este flagelo ha sido exitosa. La corrupción ha crecido como nunca antes y los escándalos se suceden sin descanso.
Creemos que no hay salida posible con esta gente, continuarán doblando la apuesta, aunque pierdan en el Congreso algunas votaciones o la Justicia finalmente ante tanta corrupción resuelva en su contra, su esencia antidemocrática no cesará y harán lo inimaginable para continuar manejando el poder en la Argentina.
La solución a tanto descontrol debiera surgir de todos los sectores, no solo de la oposición y distintos sectores políticos sino de la ciudadanía que todavía permanece en un letargo inexplicable como aguardando el milagro que nos libre de esta pesadilla no comprendiendo que solo nos liberaremos de esta realidad si entre todos nos comprometemos a luchar por la defensa incondicional e ilimitada de los principios democráticos y republicanos.
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