PADRES DEL RENCOR
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Bicentenario (1): Los Kirchner le declararon la guerra a la Nación
JORGE HÉCTOR SANTOS
Los argentinos nunca se destacaron por sentirse muy amantes de sus raíces, salvo cuando consiguen triunfos deportivos. El individualismo prevalece sobre el conjunto. Si algo le faltaba a este comportamiento para potenciarlo aún más fue la llegada de los Kirchner al poder. La pareja amante del poder y el dinero desmembró la sociedad, enfrentó a sus miembros, irritó la mesura, bastardeó las instituciones esenciales, violentó la realidad, alimentó el resentimiento, estimuló el rencor, fortaleció la
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). La Argentina K funciona sobre la perversidad de confundir la realidad con la mentira.
“La sociedad está crispada” es la frase que trasunta la realidad con la que se llega al bicentenario, la cual se enfrenta con la mentira que acuñó el gobierno nacional “Juntos por el Bicentenario”.
No obstante, hasta en la expresión publicitaria “Juntos por el Bicentenario” queda plasmada la realidad que la mentira oficial quiere ocultar. “Juntémonos para celebrar bicentenario, luego sigan desunidos” debería leerse.
¿Los argentinos se muestran unidos como otros países, incluso vecinos? No. Sin embargo, si algún acontecimiento inesperado e ingrato le debía acontecer a una sociedad golpeada fue la llegada de los Kirchner al poder.
Nunca nadie trabajó tanto como los habitantes de la Rosada y Olivos en contra del mismo pueblo para desunirlo, irritarlo, intranquilizarlo, enfrentarlo, enemistarlo, agraviarlo, llenarlo de odio, de resentimiento, de miedo en estos años de democracia.
Los Kirchner han destrozado los valores y códigos de convivencia social. Han manoseado como nunca antes desde el gobierno de Raúl Alfonsín las instituciones republicanas. Han llevado al extremo el matrimonio de la corrupción con la impunidad. Han saboteado la justicia. Han destruido las normas elementales del derecho y de las obligaciones del funcionamiento organizado en comunidad.
Néstor y Cristina se han ensañado con la salud psíquica de los argentinos. Le han quitado el poder de discriminación de lo que está bien y de lo que está mal. De lo que está permitido y de lo que no se debe tolerar.
La extraña pareja K le ha declarado la guerra al pueblo argentino y la están ganando. La sociedad como tal está aniquilada. Se necesitarán enorme cantidad de generaciones y mucho dolor para reconstruir este cataclismo salvaje, que lleva 7 años y pretende ir por más.
No importa el estado de la economía o las cajas vacías que alimentan bolsillos y compran voluntades; esta guerra a la que se alude no tiene relación con una espiral inflacionaria de destino peligroso e incierto. Esta guerra es la más perversa de todas por su poder de destrucción.
Reparar el tejido social es una tarea de muy difícil logro.
La argentina se ha convertido en un gran manicomio donde cualquier comportamiento inadecuado y hasta violento se llegar a considerar normal.
En la vereda de lo opuesto a los Kirchner, el presidente uruguayo, José Mujica, el 21.5 citó a Mario Benedetti para pintar a los funcionarios estatales y los reconoció como “hijos de un proceso” y de “décadas de clientelismo para asegurar el compromiso partidario”. Y, agregaba:
“Cómo poder medir que los expedientes se amontonan, que juntan firmas, y firmas y van y vienen como para construir la sensación inmensa de controles que en el fondo no son reales, sino que la mayoría de las veces tratan de encubrir que nadie es responsable. Cambiar esto es difícil, enormemente difícil”.
Cambiar esto, la herencia lacerante de la guerra de los Kirchner contra el pueblo argentino, también “es difícil, enormemente difícil”.
Siéntase dichoso si aún Ud. y su grupo familiar son capaces de sobrevivir a semejante fuerza desequilibrante.
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