LA REINA DEL DESDÉN
Más de medio millón de personas que se encontraron a lo largo de dos kilómetros, bordeando ambas aceras de la avenida 9 de julio, buscaron en vano y preguntaron en vano... "¿dónde está la Presidente?"
Como de costumbre, la reina del desdén les tiró un cachetazo más a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
La Comandante en Jefe Suprema de las Fuerzas Armadas, por primera vez, no estuvo en el palco oficial.
Faltó a su cita de honor con la historia, en este bicentenario gris y triste y adornado de falsas excusas, expresadas en discursos presidenciales pueriles, que ya nadie escucha y sobre hechos que nadie cree.
Los títeres uniformados que representaban a las Fuerzas Armadas como "jefes de estado mayores generales" en el palco oficial, eran simples figuras acartonadas, que estaban como escondidas, como si temieran silbidos, tres gradas atrás de la ubicación, de lo que protocolarmente corresponde.
Observaban y escuchaban un bombardeo de diatribas vocales, dirigidas desde el público a Cristina Kirchner... como quien oye llover.
Pero... ¿por qué no hubo desfile aéreo si así se había anunciado?, se preguntaba la gente.
La televisión expresaba que "se suspendió el sobrevuelo de aviones por cuestiones climáticas".
Es una mentira periodística, lógicamente emanada de una autoridad oficial, pues había tres mil pies entre el suelo y la base de las nubes a la hora del pasaje.
Sería menester preguntarle al Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, Brigadier General Normando Constantino que, como autoridad competente, diga la verdad... si quiere y si puede.
Pasado el desfile terrestre, no mecanizado... vino el desfile federal, con todas las provincias representadas. Un espectáculo inolvidable.
Marchaban gallardamente, con el orgullo que viene de adentro... desde el ALMA.
Cuando iban a saludar, con ese respeto provinciano que cala hasta los huesos, se encontraron con el palco oficial vacío de autoridades.
Los miles de kilómetros que hizo esta gente argentina para sentir la enorme emoción de decir "aquí estamos, Señora Presidente"!!... quedó trunco en un silencio sepulcral.
Las provincias del norte ahogaron un lamento cercano a un ruido sórdido de estrellas rotas y la ilusión vestida de alegría patriota. Enlutó la esperanza que los trajo hasta la gran urbe.
Ésta es nuestra vergüenza, porque jamás se merecieron esto por parte de la "Jefa de Estado".
Pero ella es así. Soberbia, ciclotímica, mentirosa y mal educada. Ésta es la "dama que nos representa" como la máxima autoridad de un país moralmente en ruinas.
Este masticar bronca con tristeza, más los agravios permanentes, está colmando el vaso de la paciencia de millones de argentinos.
El desfile del bicentenario... fue un desfile de orgullosos soldados, en muchos casos vistos a través de la cantidad grande de gente que aplaudía con ojos empañados de rocío azul y blanco....
El fervor patriótico estallaba en las gargantas y en los corazones de miles de argentinos, pero se apagó abruptamente, ante la falsedad hecha carne, ante la falta de respeto, que es el documento de identidad de Cristina Fernández de Kirchner.
Una vez más, la titular del peor ejecutivo de la historia hizo callar un sentimiento.
El cinismo, la hipocresía que esta mujer lleva consigo, produce tal rechazo, que en su desaprensión innata, todavía ignora que el desprecio que ella derrama, lo recibe en escala geométrica en sentido contrario.
Pero la gente se está dando cuenta de que la dignidad no se compra con choripanes y que el cumpleaños de la Patria es tan sagrado como las cenizas de los que la fundaron.
Y por eso es que debemos mantener siempre en nuestro corazón el grito de “¡Viva la Patria!” no ahogado, pero sí, con los dientes apretados, la mirada fulgurante y las manos cerradas en puño, como corresponde. ¿No les parece?
Carlos Nelson Recanatini B.
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